Red pende de un hilo PROYECCIÓN
Una muchacha, a la que llamaremos Adela, es una de las mamás cuyo hijo se beneficia de la red de cuido. Hace un año le cuidan a su chiquito de cuatro añitos en una guardería subsidiada, que se ubica en los barrios del sur de San José.
Esta joven, de 22 años, recibió la ayuda cuando estaba estudiando en la universidad, pero ahora teme que le quiten ese beneficio porque consiguió un trabajo en un centro de llamadas.
Adela asegura que la mayoría de mamás cuyos hijos están en la guardería hacen trabajos como limpieza o arreglo de uñas y por eso sostiene que a ella pronto la dejarán sin la ayuda, ya que ha escuchado que se tiene que ganar muy poquito para calificar.
Esta situación le complicará muchísimo que pueda seguir estudiando y sostiene que seguro deberá “congelar” el semestre, porque no puede quedarse sin trabajo en momentos en que cuesta tanto conseguir uno.
Adela es el fiel reflejo de lo el estado de la nación plantea que la cantidad de beneficiarios debería crecer en 20.429 al año para que, en 20 años, la cobertura de la red sea completa.
que está sucediendo con la red de cuido a nivel nacional.
El informe Estado de la Nación 2019 revela que la Red Nacional de Cuido y Desarrollo Infantil (Redcudi) tiene dos desafíos importantes: llegar a más beneficiarios y asegurar los recursos financieros necesarios para continuar dando servicios.
Y es que la red está abarcando únicamente el 8% de la población menor de 7 años a la que debería llegar (es un 15% si hablamos de la población más pobre).
El informe asegura que estos servicios no pueden llegar a todos los pequeños que lo requieren por una serie de trabas legales y de instituciones para darle financiamiento, ya que la ley les impide darle subsidios a personas fuera de la condición de pobreza.
Según la ley que cubre la red, la población meta abarca todos los niños de 0 a 6 años (con posibilidad de extenderse hasta los 12 años si hay presupuesto), poniéndole especial atención a los chicos entre 6 meses y 4 años con condiciones de pobreza o en situaciones de riesgo.
De acuerdo con el informe, la cantidad de beneficiarios de la red es de 63.300 personas (el IMAS abarca 59 de cada 100, los Cen-Cinai a 35 de cada 100 y el PANI a 6 de cada 100), pero la cantidad de chiquitos que son potenciales beneficiarios y no están cubiertos es de 278.264 (de ellos 54 de cada 100 es pobre y 12 de cada 100 es vulnerable). Además, la mayoría de los que se quedan por fuera viven en las zonas rurales.
Cuesta entrar. Adela contó que ingresar a la red de cuido fue un camino rudo, pero el servicio vale la pena.
“Cuando se va al IMAS la fila es increíble para que lo atien
para ser beneficiaria?
Se requiere encontrarse en condición de pobreza o pobreza extrema. Según el INEC, pobreza extrema son aquellos hogares con un ingreso por persona de 50.618 para la zona urbana y de 42.117 para zona rural. Hogares en pobreza no extrema, los que tienen un ingreso por persona igual o inferior a 112.317 para la zona urbana y de 86.353 para la rural. Estos requisitos variarán en el 2020 cuando entre en vigencia un nuevo manual.
–¿Califican madres que solo están estudiando o que no están trabajando ni estudiando?
dan, una espera de casi cinco horas para llegar a una trabajadora social. En mi caso, una vez que llegué, fue amable y me dio una resolución inmediata.
“El proceso de renovación de papeles cada año es muy tedioso, este año llegué a las seis de la mañana para que a las once dijeran que no tenían sistema, eso pasó dos veces.
“Pero hay muchas cosas positivas, en la guardería tienen vocación por lo que hacen, son amorosas, les importa la gente que contratan, tienen paciencia y dan buena comida. También atienden de noche, eso es muy útil”, comentó Adela. no suficientes para asegurar las condiciones financieras, políticas y técnicas para que el servicio llegue a todos los que lo requieren. A nueve años de la existencia existen desafíos de financiamiento y aumento de cobertura.