“Cajas de zapatos” para pasar la noche
Dormir en una cabina de metro y medio de altura y de ancho en una cama de dos metros de largo es el nuevo concepto de “hotel cápsula” que llegó a la ciudad italiana de Milán.
Las ocho cápsulas están pegadas una al lado de la otra con un baño compartido. Las duchas se encuentran al final del pasillo.
Dentro de la cabina hay una cama de 90 cm por 2 metros con almohada y edredón, dos enchufes para cargar el teléfono o la computadora, una caja fuerte para guardar el propio bolso y una mesita de noche integrada.
Todo por un precio que oscila entre 19 euros (11.400 colones desayuno incluido) durante los períodos de menor actividad, y
hasta 150 euros (90.000 colones) durante la Semana del Diseño en Milán.
El concepto “nació en Japón, precisamente en Osaka, en 1979”, recuerda la bloguera especializada en viajes Agnese Sabatini.
Ese sistema de hospedaje “resuelve problemas” y se desarrolló rápidamente en las principales ciudades asiáticas, ya que lo pueden utilizar simples asalariados o empleados en trajes de corbata que desean disfrutar una velada. Pero también los desafortunados que perdieron el último tren para regresar a casa.
El concepto se ha extendido al resto del mundo. Primero en los aeropuertos, desde París a Moscú, pasando por Bangkok. Luego, gradualmente a ciudades como Singapur, Seúl o Bombay.
En Europa, fuera de los aeropuertos, los hoteles cápsulas son raros. Entre ellos figura City Hub de Amsterdam y el “Hotel cápsula Lucerna”, el primero abierto en Suiza a finales de 2018.
Milán es la primera ciudad italiana que inaugura ese concepto de hotel y el grupo italiano ZZZleepandGo y su filial Ostelzzz ya planean abrir en otros lugares.