Florense probó el peligro en Chile
Las protestas en Chile cumplieron dos meses este miércoles y aunque la sensación de peligro ha bajado un poco, el país vive aún en medio de una calma frágil.
El futbolista costarricense Fabrizio Ramírez ha sido testigo de las manifestaciones y los enfrentamientos en las calles. Le tocó verlo siendo jugador del O’Higgins, de la primera división chilena y en el cual estaba desde febrero de este año.
Ahora está de regreso en el país. Decidió devolverse, en parte, por la situación que vivió en estas últimas semanas.
“Esa situación que está pasando Chile es algo que nunca había vivido, en algunos momentos la situación era peligrosa y preocupante, había temor en las calles. Donde yo vivía era a una hora de la capital (Santiago) y no había tanto problema, pero había toque de queda y uno tenía que quedarse en la casa”, explica.
El volante volvió en diciembre para ponerse a las órdenes del Herediano, equipo dueño de su ficha, y ver qué pasará con su futuro, por ejemplo, si en el Team están interesados en incorporarlo a la planilla o le buscan otro destino.
“Al final por toda esa situación (en Chile) el torneo se suspendió (en noviembre) y ya uno, como extranjero, lo que quería era regresar al país”, detalla.
Valió la pena. Si nos vamos a la parte deportiva la experiencia de Fabrizio fue positiva.
Jugó 20 partidos en nueve meses y la prensa andina destacó su labor con regularidad.
“Fue muy gratificante, aprendí muchísimo. Pude jugar mucho y tener protagonismo, lo que me ayudó a mejorar como futbolista, vuelvo muy satisfecho”.
Ramírez fue figura de Guadalupe FC entre el 2017 y el 2018 y es uno de los convocados a la selección sub-23, la que dirige Douglas Sequeira y en la que está breteando mientras se define su futuro.
El diario El Espectador, de Bogotá, informó ayer que, aunque las protestas han bajado, se mantienen las exigencias que les dieron origen: en primer lugar mejorar las pensiones y dignificar la vida de los adultos mayores, en segundo mejorar la calidad de salud pública y en tercer lugar el acceso a una educación pública de calidad.
En las protestas han muerto, al menos, 24 personas.