Pagará por dos balazos
Balear a su expareja cuando ella tenía en brazos al pequeño hijo de ambos le salió carísimo a un hombre de apellidos López Valverde, quien pasará 25 años preso.
El desalmado, de 27 años, recibió ese castigo al ser declarado culpable por los delitos de tentativa de femicidio, tentativa de homicidio, incumplimiento de medidas de protección y simulación de delito.
La condena fue dictada por el Tribunal Penal de Limón el martes. Los hechos ocurrieron el 21 de febrero de este año en barrio Limoncito, Limón.
Según la Fiscalía, López sacó una pistola y disparó contra la mujer, quien tenía alzado a su bebito de año y medio.
La afectada recibió dos balazos, uno en un brazo y otro en el estómago. Aun así sacó fuerzas para correr hasta donde estaba un familiar, a quien le entregó el bebito. Los balazos no pusieron en riesgo la vida de la mujer y el pequeñito resultó ileso.
El Ministerio Público indicó que López quiso quitarse el tiro diciendo que él no cometió el ataque, pues, por otro asunto, lo habían golpeado y, según su versión, a la hora que ocurrieron los hechos él estaba inconsciente.
“No obstante, la Fiscalía reveló que eso no había ocurrido y que los golpes que presentaba era por la intervención de unos familiares de la ofendida luego de que le disparó”, señaló el Ministerio Público.
El OIJ detuvo a dos sospechosos de haber matado a un joven que tenía discapacidad mental.
La víctima fue identificada como Nathanael Alberto Gutiérrez López y lo habrían atacado para robarle la billetera, el celular y una libreta que llevaba.
Los detenidos fueron identificados con los apellidos León
Téllez (22 años) y Arias Canales (21). Los detuvieron este miércoles en la noche luego de que les allanaran las casas en las que vivían, en Guápiles.
Nathanael apareció sin vida el sábado 7 de diciembre en un lote baldío detrás de la Universidad Latina de Guápiles. Un día después habría cumplido 25 años.
Se encontraba desaparecido desde el miércoles 4 de diciembre luego de que visitara a su papá. Se le perdió la pista cuando regresaba a la casa de su mamá, en el barrio Santa Cecilia de Guápiles.
Desalmados. De acuerdo con la investigación judicial, los sospechosos se habrían aprovechado del leve retraso que tenía el joven y, en apariencia, lo convencieron para que cambiara de ruta. En el trayecto le quitaron las pertenencias y lo mataron.
El cadáver lo dejaron tapado con una cobija y hojas. Su cráneo estaba fracturado y tenía cortadas en una oreja y en el cachete izquierdo.
En los allanamientos a las casas, las autoridades no encontraron las pertenencias de la víctima, pero decomisaron evidencias que involucran a los detenidos en el crimen.
El muchacho es recordado como una persona tranquila, incluso se mencionó que hace unos meses estuvo trabajando en un supermercado.