Tope a medio galope
Así como estuvo de frío el clima en San José estuvo el Tope Nacional de este año, ya que fueron menos los espectadores y los caballistas que asistieron en comparación con años anteriores.
Pese a lo anterior, una modelo se encargó de subir la temperatura con su belleza. Se trata de Katalina Alfaro, quien tenía tiempo de estar alejada de las cámaras ya que recientemente tuvo a su tercer hijo.
La guapa llegó rajando con el regalo de cumpleaños que le dio su esposo en octubre del año pasado, pues andaba montada en una yegua de raza frisona, que en el mercado ronda más de ¢12 millones.
Kata confesó que le encantan los rucos y que a su yegua Yenga la andaba con mucho cuidado porque está preñada.
“Cuando me la trajeron ya traía ese nombre. Hace poco dio a luz una yegua que se llama Rosalinda y ahorita otra vez está embarazada así que aquí la andamos suavecito para que no se cansara mucho”, dijo la exparticipante del programa “Combate”.
Alfaro, quien ha engalanado nuestras páginas con sus curvas, confesó que el regalazo que le hizo su esposo, Elías Herrera, fue una gran sorpresa y que era la primera vez que lucía a Yenga en un tope.
“Mi esposo sabe que a mí me encantan los caballos y él siempre chineándome y complaciéndome”, dijo muy enamorada.
La macha capturó las miradas no solo por el animal que llevaba, sino por su belleza.
Kata fue de las pocas modelos que se animaron a montar este año en el tope pues tiempo atrás esta era una actividad a la que muchas llegaban a mostrar sus curvas encaramadas en un buen ejemplar, como fue el caso de la vecina de Heredia.
Búfalo loco. Aunque la lluvia estuvo a punto de pasearse en la actividad, todo transcurrió con tranquilidad y bajo un estricto control de seguridad.
El único punto negro fue el incidente que provocó un búfalo por las inmediaciones del bar Puchos, el cual se enfureció y se abalanzó contra los asistentes.
Por razones que se desconocen, el animalote se descontroló y hasta quebró la carreta que jalaba.
Por fortuna, el hecho no pasó de un susto y los espectadores lograron quitarse a tiempo cuando el animal tiró las barandas de seguridad que había en la acera.
Personeros del Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa) se encargaron de sacar al búfalo del lugar y según informaron no presentaba golpes.
Sabor caribeño. Otros caballistas que intentaron calentar el ambiente con su sabor caribeño fueron los de la caballeriza Lanz de Siquirres.
Ellos en lugar de ir escuchando rancheras se llevaron un vehículo que iba repleto de parlantes en la parte trasera y al ritmo de reggae y soca pusieron a bailar a todos.
El encargado de poner la música era Dj Selecta, quien desde el asiento del acompañante hizo las mezclas en vivo.
“Queríamos ofrecerles un sabor diferente a la gente, traerles un pedacito de Limón y qué mejor manera que con nuestra música, lo que nos gusta escuchar”, dijo el Dj. Con ellos iba Kenny Jiménez, quien contó que tiene siete años de montar y que este es el segundo año que deciden encaramarse en la fiesta a su estilo. “Nos gustan las rancheras también pero es mejor el sabor caribeño, eso es lo que nos gusta y decidimos traernos el Caribe para acá”, dijo el jinete.
Pese a la inyección de energía y sabor que le pusieron los siquirreños los asistentes tuvieron que ponerse el abrigo y en ocasiones hasta sacar la sombrilla y las capas porque la lluvia y el frío se apoderaron de la capital.
Celebró la 28. José Jiménez, de Puriscal, también quiso llamar la atención con su poni de raza falabella, el cual lo llevó muy bien identificado. El herediano quiso seguir celebrando el campeonato número 28 de su equipo por todo San José por eso, le colocó una bufanda rojiamarilla al caballito, el cual tiene dos años de tenerlo.
“Nosotros tenemos un criadero desde hace cinco años y quisimos traerlo por primera vez al tope para que la gente conozca un poco de la raza falabella. Ellos son muy dóciles, se cuidan y se alimentan igual que un caballo, el único cuidado que hay que tener es no meterles peso”, explicó Jiménez.
El desfile dejó de pasar frente al parque Central minutos después de las 4 de la tarde y culminó sobre el paseo Colón antes de caer la noche.