Amigos les rogaron que no se fueran
El deseo que tenían dos jóvenes de regresar a sus casas les terminó costando la vida. Ellos fallecieron cuando el carro en el que viajaban chocó contra una de las bases de un puente peatonal.
Uno de los fallecidos, identificado como Randall Barquero Parajeles y de 33 años, iba manejando.
La Policía Judicial todavía no ha dado a conocer la identidad de la otra víctima, sin embargo, trascendió que se trataría de un joven apellidado Barrantes.
Aparentemente las víctimas estuvieron celebrando la Navidad junto a un grupo de amigos, quienes les suplicaron que no se fueran en el carro pues presentían que algo malo podía pasar.
El fatal accidente ocurrió este jueves a eso de las 12:40 de la mañana sobre la autopista General Cañas, en sentido de Alajuela hacia San José, al frente de las instalaciones del Instituto Nacional de Aprendizaje (INA).
De acuerdo con la versión de las autoridades, Barquero perdió el control de su carro y chocó contra el puente peatonal, lo que hizo que el carro volcara y cayera sobre su techo.
La central de Cruz Roja informó que el accidente fue atendido por tres ambulancias y una unidad de rescate, lamentablemente cuando los paramédicos llegaron ya no había nada que hacer por las víctimas.
Celebración. Rigoberto Barquero, papá de Randall, dijo que la muerte de su hijo es un golpe muy fuerte para toda la familia, sobre todo porque horas antes del accidente estuvieron disfrutando de una actividad en su casa en La Selva de Guácimo
“Él estuvo aquí con nosotros todo el día, viendo partidos, compartiendo con mis hijas y las sobrinas de él, pero al igual que yo, él no es de estar con mucha gente por eso luego se fue”, contó don Rigoberto.
Un allegado de Randall, quien prefirió no dar su nombre, dijo que a eso de las 8 p.m. el joven agarró su carro y se fue con su amigo (Barrantes) hacia Alajuela, para celebrar la Navidad con la familia de este último.
Horas después los dos jóvenes decidieron regresar a Guácimo, esto pese a que varios de sus amigos les pidieron que se quedaran, pues en apariencia Randall había tomado más de la cuenta, sin embargo, no hicieron caso.
“Estuvimos llamándolo, pero supuestamente le robaron el teléfono y todo lo que andaba”, dijo don Rigoberto.