Infierno más grande que Costa Rica
Los pavorosos incendios forestales en Australia retratan –como ocurrió en la Amazonia o en California– lo frecuentes y regulares que son ahora los eventos más inestables y extremos del clima en el planeta. O sea, el clima está loco y cada vez veremos más desastres, así de sencillo.
La superficie quemada en Australia, la tierra de los canguros, es impresionante. Han ardido ya más de 80.000 kilómetros cuadrados, el equivalente a que se quemaran Costa Rica y El Salvador enteros y 10.000 kilómetros cuadrados más. Otra forma de verlo es como si se quemara toda Costa Rica y buena parte del sur de Nicaragua.
Fue arrasada la isla Canguro, un santuario para koalas, y murió al menos la mitad de la población de estos animales por lo que se puso en peligro el futuro de esta especie.
El humo de los incendios viajó 11.000 kilómetros, cruzó todo el océano Atlántico, y ya empezó a percibirse en Argentina y en Chile.
Estos incendios son otro campanazo de alerta para que políticos, empresarios y ciudadanos emprendan con seriedad las acciones por el clima, especialmente en el país australiano, donde por años se le ha restado importancia al cambio climático.
Los cielos cubiertos de humo, la mortandad de especies de fauna y los damnificados en las playas ante la inminente llegada de las llamas describen la alarmante vulnerabilidad.
Apocalipsis. El balance nce preocupa: 480 millones s de animales muertos, 25 personas fallecidas y miles de casas destruidas desde agosto del año pasado, cuando comenzaron los incendios.
La pérdida de biodiverversidad y hábitat para cientos ntos de especies traerá graves consecuencias en el futuro para a las dinámicas ecológicas y económicas de esas regiones. Y el drama no se frena con apagar los incendios de ahora.
Aunque la temporada de estos obedece a fenómenos naturales en ese país, las temperaturas récord y varios meses de sequías intensificaron los focos de fuego en la costa este y sur.
Este es el ejemplo perfecto de cómo con el cambio climático progresivamente disminuyeron las lluvias y aumentaron las temperaturas, hechos que, conjugados con otros factores ambientales, favorecieron e intensificaron estas gigantescas emergencias.
Australia, que jugó un papel
clave en bloquear el avance en las negociaciones en la Cumbre del Clima en Madrid de hace un mes, hoy enfrenta las claras consecuencias de no impulsar una política climática seria en un planeta cada vez más caliente.
Que los incendios sirvan de lección para darle a la crisis ambiental la prioridad que merece, justo ahora cuando la casa de todos arde en llamas.