El sueño de Catar duró muy poco
El nombre de Malcom Frago, un vecino de Guadalupe de 15 años, dio qué hablar en el 2010.
Fue el primer latinoamericano en ganar una beca de tres años para prepararse en la Academia Aspire, en Catar.
A Frago lo vio el español Josep Colomer, que se dice fue uno de los descubridores de Lionel Messi y quien vino al país a reclutar jóvenes para convertirlos en profesionales. En el 2014, Bora Milutinovic, técnico de Costa Rica en Italia 90, también llegó como visor de Aspire.
Según una nota del diario catalán Sport del 2017, Colomer fue responsable de la cantera del Barcelona en el país árabe porque Sandro Rosell, expresidente del club culé, trabajaba para Aspire. Además, según As.com, Colomer trabajó como director de fútbol base del Barça.
Messi fue invitado una vez a dirigir un entrenamiento y a hablar con los jóvenes en Doha, Catar.
Sin duda Malcom era un privilegiado por ir a un sitio al que llegan a entrenar en ocasiones los mejores equipos de Europa y donde han dado charlas Zidane, Ronaldhino o Luis Felipe Scolari.
En aquel 2010, lleno de ilusión, Malcom le dijo a La Teja: “Llevo una pizarrita donde apunto las cosas que tengo que hacer para ser un excelente futbolista. Lo que escribí fue dinámica, fútbol bonito, habilidad y velocidad”.
Eso fue un día antes de viajar a Catar.
Casi una década más tarde nos encontramos con Frago, ahora de 24 años, para saber en qué acabó la aventura. De entrada debemos decir que no estuvo ni un año en Catar, jugó el premundial sub-17 con los ticos en el 2011 y, de momento, no ha debutado en el fútbol nacional.
– ¿Cuánto tiempo estuvo allá?
Me fui un setiembre y duré casi un año en el proceso, estudiaba y jugaba, tenía toda la exposición para desarrollarme en todos los aspectos.
– El proceso era por tres años, ¿qué sucedió?
Eran tres dependiendo de cuánto le faltaba a uno para terminar el cole. Yo entré a noveno o décimo, no recuerdo. Tal vez uno, que estaba muy niño todavía, la inmadurez, no saber manejar algunas situaciones sociales, culturales... Entonces no terminé el proceso y decidí venirme.
En el momento pensé que era la mejor decisión y hasta hoy estoy muy tranquilo. Uno nunca puede arrepentirse de las cosas que ha hecho, todo tiene una enseñanza y un aprendizaje.
– ¿Ahí se rompió el vínculo con Aspire?
Ellos siempre se comportaron bien, trataron de retenerme, me preguntaron el porqué (quería regresarse a suelo tico), les expliqué y entendieron.
Hasta hoy, casi diez años después, sigo en contacto con mucha gente de allá, jugadores, entrenadores y administrativos.
– Entiendo que de esos tres años, una parte del proceso era en Catar y otra en Senegal.
Sí, en la parte futbolística uno hacía dos años en la academia de Catar y la parte de Senegal era porque el nivel futbolístico era más alto, ahí estaban los africanos becados y el nivel de ellos era muy bueno.
– Usted tenía 15 años, ¿cree que con más edad habría soportado y se habría quedado?
Correcto, siento que el problema no son las condiciones, es cómo uno lo tome, porque uno puede ir a cualquier lugar y todo, pero lo importante es cómo lo tome.
Usted me pone ahorita ahí y es diferente, pero allá yo no tenía a nadie que compartiera mi cultura, los africanos eran dieciséis juntos, los otros tres éramos tailandeses y yo.
Éramos veinte de mi generación, pero había otras generaciones, no había latinos y no era tanto que no hablaran español, sino que no pensaban como uno, no era lo mismo. No me sentía cómodo.
– ¿Qué hizo cuando regresó a Costa Rica?
Era el premundial con la sub17 (febrero 2011) en Jamaica, yo venía solo al torneo, pero ahí reafirmé que sí me quería quedar. Me regresé unos meses a Catar y después me vine, volví al alto rendimiento de Saprissa, estuve como año y medio o dos terminando el colegio.
Apenas terminé el colegio me fui al Seattle Sounders, en Estados Unidos.
– ¿Cómo hizo ese contacto?
El representante que tenía me llevó allá, estuve un año y se me facilitó porque estaba más grande, más maduro, hablaba inglés, era un ambiente diferente.