GRAN GOLPE A BOXEADOR
La delincuencia golpeó con toda su fuerza al joven boxeador Francisco Ureña Sosa, de 20 años.
Unos asaltantes lo atacaron, lo hirieron con un puñal y le pegaron un balazo en la cabeza.
Las lesiones en las manos le impedirán competir en el campeonato nacional de boxeo, que se iniciará el 15 de febrero.
Sin embargo, Francisco se levantó de la lona y hay quienes aseguran que su caso bien se puede llamar milagro.
El ataque ocurrió el 30 de enero en la noche en Capellades de Alvarado, en Cartago, específicamente en un camino conocido como el Callejón.
Francisco y su hermana Roxana, quien forma parte del equipo de atletismo del comité de deportes de Alvarado, regresaban en bus a su casa luego de haber entrenado en Pacayas. En la parada los estaba esperando su papá, don Francisco Ureña Vega.
“Eran como las siete y media de la noche cuando íbamos bajando por el Callejón. Mis hijos iban a pie y yo iba en moto a la par de ellos para ir alumbrando porque es un camino muy solitario, pero es el único que tenemos para ir a la casa”, dijo el señor.
Con furia. De pronto salieron de un cañal cuatro maleantes: dos con pistolas y dos con puñales.
“A Frank (hijo) le quitaron el teléfono y yo puse resistencia porque querían la moto, por eso me pegaron cuatro balazos, tres en los pies y uno en el dedo de la mano derecha”, detalló el papá de los deportistas.
El boxeador también fue blanco de los delincuentes, quienes le mandaron un disparo después de apuñalarlo cuando trató de defender al papá.
“A mi hijo le entró una bala como por la ceja y le salió más arriba; gracias a Dios no le tocó nada, pero las manos las tiene con muchas heridas de cuchillo”, detalló.
El señor dijo que, afortunadamente, a su hija Roxana, de 19 años, no le pasó nada; claro, la joven aún se encuentra muy afectada.
Los maleantes huyeron entre los cañales, dejando atrás la moto que no lograron quitarle al señor.
“Emocionalmente estamos muy afectados, toda la vida hemos pasado por ese camino y nunca nos había pasado nada. Aquí era un pueblo tranquilo, pero eso ha cambiado, ahora para pasar por ahí hemos tenido que buscar ayuda con algún vecino que nos lleve, porque de ahí a mi casa son cuatro kilómetros”, explicó don Francisco.
Dura espera. Ureña dijo que una de las cosas que más le duele es que por culpa de los maleantes su hijo tendrá que colgar los guantes por un tiempo y sospechan que será largo.
Ese sentimiento lo comparte don Leo Guillén, entrenador del muchacho y quien dijo que esta situación es un golpe muy duro para Francisco, pues desde hace varios meses se estaba preparando para competir en el campeonato nacional.
“En una mano le dejaron un dedo como rebanado, gracias a Dios no lo perdió, y en la otra mano tiene una herida muy profunda en la palma”, detalló el entrenador.
Guillén contó que Francisco tiene tres años de estar entrenando con el comité de deportes de Alvarado y que en ese tiempo ha demostrado ser un gran deportista.
En el 2018 obtuvo la medalla de plata en los Juegos Deportivos Nacionales y en ese mismo año fue campeón en el torneo abierto de boxeo en la categoría de 69 kilos.
“Él y su hermana son muy disciplinados, muy humildes y pulseadores. Uno, como entrenador, no tiene que pedirles nada, solo que den buenos resultados porque ellos ponen todo lo que tienen que poner”, añadió.
En cuanto a Roxana, su papá dijo que ella todavía está muy asustada, pero aun así ha agarrado valor para participar con la selección nacional de campo traviesa en el Campeonato Cen
troamericano Honduras 2020, el 8 y 9 de febrero.
La jovencita ganó medallas de oro y plata en los Juegos Deportivos Nacionales del 2019.
Necesitan ayuda. El asalto no solo afectó la carrera deportiva de Francisco, también puso en juego el sustento de su familia porque él y su papá son los encargados de llevar los alimentos al hogar.
Don Francisco se dedica a trabajos ocasionales y también a domar caballos, en estas labores recibe la ayuda de su hijo, pero por las heridas que sufrieron ambos en el ataque no han podido trabajar.
“El balazo que me pegaron en el tobillo fue sin salida, ahí tengo la bala metida, aún no me han operado, solo fui a una curación y ahora tengo que estar en la casa a la espera de que me operen”, contó el señor.
La familia ha salido adelante gracias a la ayuda de vecinos, quienes se han organizado para recoger alimentos y otros productos; sin embargo, la preocupación no afloja porque don Francisco no sabe cuánto tiempo tardara su recuperación.
Algunos vecinos están organizando un paseo a caballo para el domingo 9 de febrero a las 10 de la mañana y que saldrá del centro de Capellades. El costo de la inscripción es voluntario y todo lo recaudado será entregado a la familia Ureña.