Huracán revuelca al Pelícano
Con una temperatura de 34 grados, metiendo buena sazón, llevando el hilo de la receta y echando sal sobre la herida, Jicaral venció ayer 2-1 del Cartaginés, algo que por lo mostrado este torneo, no parece tan difícil.
A Cartaguito parece que no hay quién lo defienda. Marcel Hernández, quien ya recibió la cinta de capitán, no puede echarse solo el carro al hombro, falta mucho más.
Para un equipo que no levanta como el blanquiazul, la visita de ayer al estadio de la Asociación Cívica Jicaraleña no era comida de trompudo.
De poco sirvieron los regaños de Hernán Medford a su equipo, el hombre afirma que le ha tratado de dar vuelta a la situación, pero pareciera que no hay por dónde le pueda encontrar la comba al palo, mientras se hunden más en la tabla de posiciones.
Cuando uno ve al Pelícano en la banca con el rostro desencajado y poniéndose las manos en la cabeza es inevitable preguntarse: ¿hasta cuándo aguantará Hernán esta situación?, ¿o lo fumigará primero el equipo?
A diferencia de otros momentos, donde hemos visto un Medford peleón, agarrándose con los árbitros, discutiendo por aquí y por allá, esta versión parece resignada, tal vez porque esta vez no tiene los recursos en la cancha con los que gozó en otros equipos.
Como pasó en partidos anteriores, el rival le marcó el ritmo del partido, Jicaral fue mejor y justo ganador, un club que demuestra que en su cancha no aguanta nada, ya que no ha cedido ningún punto en el Clausura 2020 en cuatro juegos.
Jicaral juega a la media inglesa, ganar en casa y pellizcar puntos afuera, lo que lo tiene en el segundo lugar del torneo.
El consuelo. Durante el primer tiempo el partido fue parejo, con tres llegadas de los locales y dos brumosas, pero fueron los de casa los que abrieron la cuenta a los 40 minutos.
Wálter Chévez se llevó la pecosa, la tiró al centro, Marcel Hernández despejó y la bola quedó en la entrada del área, mientras que Heeyrell Saravia y Cristopher Núñez apenas se quedaron haciéndole vista. Ante tanta pasividad, Jeffry Valverde se metió entre los dos y pegó un remate que mandó al fondo. La Unafut reportó luego que la bola pegó en Joaquín Aguirre y por eso se cuenta como autogol.
Para el arranque del segundo tiempo los brumosos se reunieron a hablar, ¡otra vez! pero son charlas que no surten efecto porque al 52’ cayó otro.
Freddy Álvarez, de tiro libre, la pegó a un ángulo del marco de Darryll Parker, quien jugó de estatua y nada más vio la bola pasar.
Marcel, quien se paró en el segundo palo, trató de sacarla de cabeza, pero de nuevo, el cubano no puede hacerlo todo.
El partido parecía liquidado pero apareció Núñez, para maquillar con el 2-1 y agregarle sazón al final, aunque Cartaguito lo único que hizo fue ilusionar en vano a la afición.