Y EL CELU
La Teja hizo un experimento interesante con tres personas, a quienes les pidió pasar todo un día sin celular. aceptaron con gusto y se dispusieron a ver cómo les iba. se dice sencillo, pero no lo es porque todos sabemos lo difícil que se ha vuelto estar sin ese aparatico, al que se critica por robarnos atención pero que, en honor a la verdad, nos sirve para tanto.
Por medio del celu podemos hablar con nuestros seres queridos, revisar correos, pedir transporte, comprar comida, entretenernos y mantenernos informados, entre muchas otras cosas. esa es la parte más positiva, la otra es que distrae mucho a las personas cuando se juntan, por ejemplo, en una fiesta o en una reunión familiar.
Pero no es culpa de los aparatos, sino del mal uso que algunas personas les dan. eso ha llevado a casos extremos de adicción y como consecuencia a que se creen sitios en los cuales las personas se “desintoxican”.
Bueno, al final del experimento de La Teja fue muy curioso ver que las tres personas decían haberse sentido aliviadas después de un día apartadas del celu y una de ellas, una relacionista pública, contó que pensaba seguir poniéndolo en práctica. dijo que había logrado terminar un libro que tenía pendiente y que había podido hacer todo sin necesidad del celular. o sea, la adicción al aparato no es algo natural sino una costumbre que hemos metido en nuestro día a día que, es cierto, algunas veces nos vuelve demasiado dependientes de él.
Hay que ver como a veces, frente a algo muy lindo, preferimos tomarle fotos o grabar video antes que disfrutarlo por completo con los sentidos. el celular es de gran ayuda, pero debemos saber cómo utilizarlo de la forma correcta.