¡Tomá cinco!
Tomasito visitó la Cueva y le dio mucha suerte a su amado equipo
Al Monstruo lo que le gusta es comer jamón en Tiquicia.
Después de quedar eliminado de la Concacaf por el Impact de Montreal, por no poderle hacer un gol en Canadá, se vino y goleó 5-3 a San Carlos en la Cueva.
Los Toros del Norte le regalaron 45 minutos al cuadro de Wálter Centeno y los tibaseños hicieron fiesta, se fueron al descanso con un 4-0 que les permitió no sufrir tanto en el complemento.
La victoria pone a la S en lo más alto de la tabla de posiciones del Clausura.
Los más fiebres dirán que el Monstruo está llevando frío porque está muy solo en las alturas del liderato y ve a los 11 restantes desde arriba.
Con la combinación de resultados en la jornada 12, el Sapri sigue puntero y ahora más bien le sacó cinco puntos al Herediano, que es segundo, y siete a Alajuelense, que está tercero.
A Luis Marín, quien parecía no haber puesto defensa, le salió baratísima la primera parte porque pudo haber sido un marcador histórico en su contra.
La parte trasera del cuadro norteño fue un completo coladero.
¿Será que les hizo mal la mojada del minuto 10? A esa hora se encendieron los aspersores de agua y se mojaron todos los que estaban cerca del marco de Patrick Pemberton. Después de eso vinieron los goles.
Al 12 cayó el primero: Johan Venegas centró desde el costado izquierdo, en el segundo palo Christian Bolaños la recibió y se la picó a Ariel Rodríguez, quien nada más empujó de cabeza.
Cinco minutos más tarde llegó la segunda anotación en un tiro libre en el que los saprissistas agarraron a todo mundo viendo para el ciprés.
Mariano Torres cobró rapidísimo, parecía que Fernando Brenes la iba a parar, pero pifió, Bola no perdonó y puso el 2-0.
Se veía muy fácil todo para los de casa, en la Cueva todo era felicidad; bueno, Marín estaba que se lo llevaba el diablo porque sus defensores no paraban ni un taxi en el parque Central.
Ariel, Bolaños, Johan, Aubrey David y todo el mundo se daba el lujo de desperdiciar goles cantados.
Hasta que por fin llegó el tercero, otra vez el Cachetón centró, Christian intentó tirarla al centro, pero Pemberton en su intento por atrapar la pecosa terminó metiéndola en su propio saco.
Para unirse a la fiesta ingresó José Rodolfo Alfaro. Figuito entró al 31 por Venegas que se lesionó y seis minutos después estaba celebrando su primer gol de la noche y el cuarto del Monstruo.
Figuito entró como Pedro por su casa en el área y cuando Pemberton le achicó se la tocó con mucha categoría.
Los visitantes tuvieron la más clara al 45, cuando Jorman Aguilar, la joyita panameña, pateó con alma, vida y corazón de derecha, pero Aarón Cruz se creció y la tapó.
En la reposición, Marvin Angulo pegó una bola en el palo.
San Carlos asustó. Para el segundo tiempo todo mundo pensaba que caerían otros cuatro del Sapri, pero nada que ver.
La regañada de Yiyo tuvo que haber sido bien brava, porque al minuto 50 ya habían descontado.
Aguilar fue clave porque se encendió y definió como los grandes al enfrentar a Aarón y puso el cinco por uno.
Fueron minutos en los que le ardió el rancho al Monstruo. Se invirtieron los papeles porque la defensa de casa no pegaba una y se salvaban una y otra vez.
Hasta que cayó el segundo visitante, al 69.
Una pérdida en salida, la especialidad de casa, le dejó el balón a Jorman, que corrió solo desde media y como le dieron tanto espacio, remató de zurda perfectamente esquineado, que por más que Cruz se estiró no pudo tapar. ¡Golazo!
Para ese momento la afición era un saco de nervios porque todo apuntaba a que iba a haber remontada, o mínimo llegaban a empatar.
En las gradas la gente gritaba “Angulo, Angulo”, pero Paté lo sacó y desde ese momento el equipo entró en crisis.
Al minuto 72 Figuito le devolvió el alma al cuerpo a la afición.
Mariano se la filtró al excarmelo, Pablo Arboine medio la desvió, pero le quedó al saprissista que definió otra vez de gran manera ante Patrick.
Para no perder la costumbre, Jean Carlo Agüero regaló la bola en defensa, se la dio a Omar Browne, quien dejó botado a Alexander Robinson y se la dio en bandeja a Aguilar, que hizo triplete y selló el partido en un cinco por tres.