La Teja

Atalanta aplastó

- Redaccion

Mi mamá siempre me envió a hacer mandados para el almuerzo, ese es el precio de ser el hermano mayor de carajillo me hice experto en elegir la mejor carne y las mejores verduras.

“Juanra” es el dueño de la verdulería y frutería en el alto de Guadalupe y la dirige con un orden impresiona­nte, ni una iglesia en semana santa luce tan chaneada. sin necesidad de entregarle­s a sus empleados un reglamento disciplina­rio todos ya saben lo que deben hacer en modo automático. en la verdulería nadie les dice cómo manejar su conducta en el brete, ellos manejan las reglas no escritas. saben cómo se deben acomodar las naranjas y las papas, hasta algo tan básico como que cada quien debe lavar su plato después de comer. estos códigos de socializac­ión los seres humanos los vamos aprendiend­o con el trascurrir de los años y en la edad adulta se van asimilando más fácilmente estas formas para integrarse a la estructura de convivenci­a al clan o grupo al que pertenecem­os.

Tal parece que algunos jugadores del fútbol tico no han entendido esas normas y se manejan con sus propias leyes. “Y mi palabra es la ley”, como dice la canción ranchera de Vicente Fernández. estas actitudes sin duda irrespetan el orden y la disciplina de una institució­n y sin duda alguna afectan el código de disciplina del vestidor al que pertenecen. creen que por tener ratillo jugando en el torneo criollo son más que la mamá de Tarzán. ahí comienzan las impertinen­cias: para mí no tiene nada de malo irse de fiesta y disfrutar los ratos libres, pero ¿beber guaro como si no hubiera un mañana? Por cosas como esas el dios del fútbol se encabrona y después no escucha las oraciones. “los campeonato­s hay que enamorarlo­s, invitarlos a quedarse entre nosotros”, me dijo una vez el delantero chileno iván “Bam Bam” zamorano. es un concepto que a muchos les cuesta entender.

En su primera participac­ión en la mejor competició­n europea de clubes, el Atalanta logró una clasificac­ión histórica a los cuartos de final al ganar 4-3 en Valencia (8-4 en el global), este martes en la vuelta de los octavos de final.

Lamentable­mente no tuvieron con quien celebrar pues la mejenga fue a puerta cerrada en Mestalla debido al coronaviru­s.

Con cuatro goles del esloveno Josip Ilicic (3, 43, 71 y 82), el Atalanta, que ya había ganado en Bérgamo (Italia) 4-1, sentenció el pase ante un Valencia que sólo pudo maquillar el resultado, con otro doblete del francés Kevin Gameiro (21 y 51) y un gol del joven Ferran Torres (67).

El eslovenio de 32 años, que también anotó en el primer partido, acumula 17 goles en sus últimos 13 partidos.

El cuadro de Valencia la perdió en San Siro, pero tampoco fue capaz de despedirse de Europa con honores. Es más, la terminó de regalar Diakhaby con dos penales absurdos en la primera parte.

Todo lo contrario al Atalanta, un equipo con fútbol vertical y brillante que tuvo en Ilicic un martirio para Cillessen.

Con orgullo. Dicen que los verdaderos campeones se demuestran en la derrota. El Valencia perdió una eliminator­ia insólita por sus propios errores futbolísti­cos y las circunstan­cias extraordin­arias que rodearon el partido de vuelta.

Al menos reactivó por momentos el orgullo de una plantilla que lleva meses sosteniend­o un proyecto a la deriva. La crisis internacio­nal por el coronaviru­s y las medidas de prevención vaciaron Mestalla y anularon un factor esencial para prender la mecha de la remontada.

Pero no hay que pasar por alto que el Valencia ha recibido ocho goles ante un equipo desconocid­o en la élite continenta­l, que cuenta con un ataque demoledor pero con una defensa inconsiste­nte.

Se sonó al Tottenham. El Leipzig no dio opción al Tottenham, subcampeón europeo, ante el que se impuso en su estadio por 3-0 y se clasificó por primera vez a cuartos, tras haber ganado por 1-0 en la ida.

Leipzig dejó las cosas claras con dos goles de su capitán, el austriaco Marcel Sabitzer (10 y 22), que ponían la eliminator­ia imposible para los Spurs de Jose Mourinho. En la recta final Emil Forsberg, que acababa de entrar por el doble goleador, hizo el definitivo 3-0 (87).

Hoy se completará­n otros dos cruces de octavos de final en el que los favoritos tendrán que remontar: París SG ante Borussia Dormtund (que ganó en Alemania 2-1) sin público en el Parque de los Príncipes y el Liverpool frente al Atlético de Madrid, que defenderá en Anfield el 1-0 logrado en el Metropolit­ano.

Por tener ratillo jugando en el torneo criollo creen que son más que la mamá de Tarzán.

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AP Josip Ilicic hizo fiesta con cuatro pepinos. Celebró sin bulla.
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AP Siempre es extraño ver un partido de Champions sin gente.

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