CORONAVIRUS MATA PASIÓN Y NEGOCIO
Hace siglos que la venta de amor es un elemento fijo de la vida nocturna de Berlín, capital de alemania, pero entre las preocupaciones por el nuevo coronavirus también sufre un golpe la profesión más antigua del mundo. en el burdel “lankwitzer 7” instalaron dispensadores con desinfectante de manos junto a los lavamanos. aurel Johannes marx, el dueño, dice que ordenó al personal lavar con agua caliente todas las toallas y sábanas. aun así, ya no hay clientes. la ciudad ha registrado 332 casos confirmados de COVID-19. varias docenas de infecciones se han relacionado con bares y clubes nocturnos. el virus ha causado temor entre las aproximadamente de 100.000 a 200.000 trabajadoras sexuales en alemania, explicó susanne
Bleier Wilp, una extrabajadora sexual alemana y portavoz de la asociación de Proveedores de servicios sexuales y eróticos. “algunas se están retirando por completo del negocio en este momento por motivos de seguridad”, dijo Wilp. Otras piden a los clientes que se desinfecten, algo que según expertos probablemente no impida el contagio.
Para la mayoría, el virus solo causa síntomas leves o moderados, como fiebre y tos. Pero algunos, especialmente ancianos y personas con problemas médicos, pueden sufrir complicaciones más graves como la neumonía. la gran mayoría de los infectados se recuperan. una preocupación es que muchas trabajadoras sexuales son jóvenes y podrían estar poco preocupadas por contagiarse, mientras que algunos clientes son mayores de 50, por lo que tienen más riesgo de sufrir complicaciones.
“en el negocio es normal interactuar de forma anónima y utilizar apodos”, dijo Bleier Wilp. “Es un problema”. otro problema es que la prostitución es precaria en el campo financiero. A diferencia de otros trabajadores, la mayoría de las trabajadoras sexuales no se beneficia directamente de los préstamos que ha ofrecido el gobierno alemán a empresas que corren el riesgo de arruinarse por el coronavirus.
Algunas trabajadoras podrían mantenerse con sus ahorros durante varias semanas, señaló. “Pero esto se complica si la crisis dura más. entonces muchas, especialmente las que lo hacen a tiempo completo, podrían necesitar ayuda”.