“Mi mamá gritó y lloró”
Dura historia en Nueva Jersey
Hugo Sánchez, un costarricense que vive en la octava provincia de Costa Rica (por la gran cantidad de ticos), Nueva Jersey en Estados Unidos, se enteró el pasado 21 de marzo que tiene coronavirus.
Sánchez, oriundo de Pérez Zeledón y quien vive en el país estadounidense desde 1995, le contó a La Teja que el 18 de marzo se empezó a sentir mal, desde que amaneció se sintió extraño y con dolor de estómago.
“Estuve con diarrea fuerte todo el día, estornudaba mucho, tenía muchos mocos, tos seca y al final del día me sentía muy agitado y con calentura. A eso de las cuatro de la tarde me sentía totalmente agotado, como si hubiese corrido una maratón, por eso me fui a Emergencias del hospital comunitario.
“Estuve allí unas dos horas mientras me hacían los exámenes para descartar que fuera otra cosa y como todo dio negativo, me hicieron las pruebas por COVID 19 y me mandaron a la casa a aislarme mientras estaban los resultados”, explicó.
No le dieron ningún tratamiento, solo le dijeron que si se sentía con calentura tomara un antihistamínico.
“Me vine para la casa y me aislé en mi cuarto para no exponer a mi esposa (Wendy Azofeifa) ni a mis hijos (April y Daniel, de 17 y 14 años). Ellos me tocan la puerta para avisarme que ahí está la comida, me dejan la bandeja y se van”, agregó. El sábado 21 de marzo, a las 10 a.m., lo llamaron para confirmarl e que las pruebas dieron positivo al COVID 19. Reconoce que recibir la noticia fue un shock, pero siempre ha sido una persona de voluntad fuerte y creyente, por lo que ha puesto todo en manos de Dios.
Apaleado. Hasta el domingo anterior pasó unas noches terribles por el frío y el dolor de cuerpo, era como si lo estuvieran apaleando.
Lo que no se le ha ido es el hambre y por eso se ha alimentado bien en cada tanda, en la que le incluyen una fruta, además pasa bien hidratado.
Aparte del malestar descrito, a Hugo le ha ido muy bien con la enfermedad. Cree que esto se debe a que en sus 42 años de vida ha mantenido buenos hábitos. No fuma, no toma y no tiene ningún padecimiento crónico.
“La manera en que he asimilado la enfermedad ha sido buena. Gracias a Dios no tengo nada en comparación con mucha gente que ve uno en las noticias. Mucha gente está muriendo de esto en el mundo”, comentó el segundo de seis hijos.
Bien desinfectado. Su familia no ha presentado síntomas y él ha tomado todas las precauciones para no contagiarlos, pues hasta deben compartir baño, pero dice que lo deja como un ajito cada vez que lo usa, lavándolo con cloro y desinfectante.
A sus hijos y a su esposa con costos los ve por una hendija de la puerta y cuando sale del cuarto lo hace con guantes y mascarilla porque no quiere que ellos se enfermen.
Sánchez no pudo evitar quebrarse anímicamente al recordar la reacción de su madre, doña Gladys Duarte, cuando la llamó el pasado sábado 21 de marzo para contarle que le habían confirmado el diagnóstico.
“La llamé y le dije que tenía coronavirus y me tiró el teléfono. Gritó, lloró y me preguntó que por qué le hacía eso. Estaba preocupada porque creía que me iba a morir, porque las noticias que se ven en televisión y redes sociales no son alentadoras. Eso ha sido lo más duro para mí, estar lejos de mi familia”, dijo con la voz quebrada.
Él ha aprovechado estos días aislado para grabar mensajes en sus redes sociales donde aconseja a otros, muestra lo bien que está y agradece el apoyo. Además lo hace para darle tranquilidad a su madre.
Sánchez trabaja en atención al cliente en restaurantes, pero no tiene claro cómo se contagió del nuevo virus.
Nueva Jersey colinda con Nueva York, el lugar estadounidense con más casos hasta ahora con más de 25 mil, y por eso en la ciudad del tico se ha limitado la movilidad, solo pueden ir a los supermercados y farmacias.
No he escuchado de ningún otro tico con coronavirus por acá”. Hugo Sánchez Tico radicado en EE.UU.