LIBERAN DOCUMENTAL Y ÉL SIGUE PRESO
El torero improvisado Patterson Esquivel Guillén, más conocido como Laisa, está bajoneado porque por estar en prisión no ha podido ver un documental en el que él participa.
Se trata de la producción nacional “Soy Improvisado”, que cuenta cómo es la vida de tres reconocidos toreros del país: José Alberto “Pity” Román, Manuel “Cuchufleta” Rivera y Laisa.
Según contó Juan Manuel Montero, director del proyecto, él decidió liberar la cinta (Ver recuadro) para que la gente pueda verla durante estos días en los que el ministerio de Salud le pide a la población estar en casa como medida de prevención contra el coronavirus.
El documental había sido estrenado el 25 de abril del 2017 en Multimedios, pero después estuvo guardado durante todo ese tiempo.
Patterson lleva ya tres navidades preso, pues descuenta una condena de seis años y seis meses por el delito de ofensa a la dignidad en perjuicio de una mujer.
Él se enteró de la liberación de la cinta y se emocionó mucho al saber que la gente que lo aprecia puede verlo en esta producción, la cual no ha podido ver.
La Teja conversó con Jazmín Vargas, la novia de Laisa, y por medio de ella le hicimos varias preguntas a Esquivel.
Jazmín dice que conoce a Patterson desde hace años, pero fue hasta hace poco que nació el amor entre ellos. Ella tiene más de un mes de no poder visitarlo debido a las medidas contra el COVID-19 y le pide a Dios que pronto puedan reencontrarse.
“Me siento muy orgullosa de verlo en el documental y lo que más quiero es que lo dejen salir ya de la cárcel para que podamos estar juntos. Tengo el sueño de estar un día con él en un redondel porque a mí también me encantan los toros”, dijo la joven.
Al consultarle qué significaba para él aparecer en la producción, este comentó que mucho orgullo porque era un privilegio que alguien
valorara un arte tan difícil, como lo es hacer reír al público frente a un toro.
Además reconoció la frustración que lo embarga por no haber podido ver el video, pero dice que todos los sentimientos que tiene ahora lo impulsan a luchar por salir de prisión para reencontrarse con su público nuevamente. Incluso dice que sigue trabajando en la creación de un nuevo personaje, un superhéroe tico que está inspirado en sus compañeros de la cárcel.
Patterson dijo que su nuevo personaje será bautizado pronto en las redes sociales, por lo que les pide a sus seguidores estar atentos.
Laisa también aprovechó para enviarles un mensaje a todas las personas que lo conocen.
“Les ofrezco una disculpa pública por no haber hecho las cosas como debía. Hoy me preparo para ser un mejor ser humano, padre e hijo, para salir a hacer las cosas que mi papá y mi mamá me enseñaron”.
Laisa dejó ver que muchas veces ha tenido situaciones muy complicadas, las cuales dificultan su labor como payaso de rodeo. Incluso lloró al reconocer que a veces tiene que sacar sonrisas a pesar de que su corazón está roto.
Duras historias. En el documental se da a conocer la historia de Pity, el improvisado que acostumbra a pararse de cabeza a la par de la manga por donde sale el toro en el redondel de
Zapote.
Él deja al descubierto su corazón al hablar de su gran amor por
Xinia, una mujer a la que amó mucho, pero que perdió y nunca pudo olvidarla.
También cuenta como Cuchufleta vivía deseoso de encontrar a una mujer que lo quisiera tal y como es y tuvo la suerte de que mientras grababan la producción conoció a una mujer con la que se casó.
Él acostumbraba hacer el túnel de la muerte en el redondel de Zapote, que es pasarle por debajo al toro, pero luego de casarse decidió alejarse de los toros y dedicarse a las labores agrícolas.
Varios años. Juan Manuel Montero confesó que desde que era un niño sintió curiosidad por los improvisados y por eso en el 2007 empezó a investigar sobre el tema para hacer la producción.
Montero dice que escogió a Pity porque es toda una leyenda en Zapote; a Laisa como representante de los líderes del redondel y a Cuchufleta porque lo vio como alguien valiente, aunque generó polémica entre los demás improvisados cuando fue designado.
En el 2010 empezaron las grabaciones las cuales terminaron en el 2016 porque la idea era acompañar a los protagonistas durante todos esos años.
“Me hice amigo de ellos, fue muy fuerte conocer sus historias y hemos seguido en contacto. Con Laisa mantengo también la amistad pese a que está preso, ya he ido a verlo como tres veces”, dijo
Montero.