SIETE PLAGAS EN ESTADOS UNIDOS
Estados Unidos literalmente tiene el santo de espaldas, el precio de petróleo por el suelo, hincados por el COVID-19 con 44.575 fallecidos y 802.583 contagiados, Nueva York zona de desastre por el coronavirus.
Y ahora las tormentas entre la tarde del miércoles y este jueves hicieron estragos en Mississippi, Oklahoma, Texas y Luisiana, donde causaron cinco muertes, entre ellas la de un obrero cuyo cadáver fue hallado a medio kilómetro de la fábrica donde trabajaba.
Más de 100.000 viviendas desde Texas hasta Mississippi aún estaban sin electricidad este jueves en medio de la tormenta.
El obrero fue hallado muerto en el condado Marshall de Oklahoma a eso de las 4:30 de la tarde del miércoles, informó el jefe de emergencias local Donny Raley.
Por lo menos tres personas murieron luego de que un presunto tornado golpeó el sudeste de Texas a eso de las 6 de la tarde del miércoles cerca de Onalaska, a unos 120 kilómetros al norte de Houston, informó en un comunicado el Sistema de Manejo de Emergencias del condado Polk.
La tormenta viró hacia el este por Seven Oaks y causó daños graves a viviendas y otras estructuras, declaró Carrie Miller, vocera del juez local Sydney Murphy.
No se dio de inmediato información sobre cómo murieron esas personas.
Una mujer perdió la vida por el mal tiempo en un puente en Woodworth, Luisiana, a 24 kilómetros al sur de Alexandria, informó la policía local según la emisora KALB-TV. No dio detalles de cómo murió.
El diario The Clarion Ledger reportó que varias tormentas azotaban Mississippi el jueves por la mañana y que había posibilidad de tornados, inundaciones y vendavales.
El COVID-19 no es el único peligro que enfrenta EE UU. en este momento, ya que el mal tiempo lo azota desde hace varios días, pues en plena celebración del domingo de Pascua, una serie de tornados golpearon diferentes puntos de Luisiana y Misisipi, dejando un saldo de al menos 18 muertos.
Los ciudadanos en las zonas afectadas por riesgo de las tormentas se debaten entre quedarse en casa por el miedo a contagiarse, o refugiarse de la inclemencia de los tornados en edificios seguros, que comúnmente son sitios públicos.
“Debido al COVID-19, no estamos buscando refugios como lo hemos hecho en el pasado”, dijo Shane Smilye, policía de Ouachita Parish, en Luisiana.