Volver a la normalidad
A dos meses de estar en cuarentena debido al COVID-19 muchos desean volver a salir. Sueñan con las rutinas laborales, académicos o de diversión. Desean hablar con los compañeros y contarse montones de anécdotas forjadas durante la crisis.
Sin embargo para otros se ha venido desarrollando un fenómeno que algunos expertos en psicología le llaman el “síndrome de la cabaña”.
No es una patología como tal, sino una reacción postraumática. Miedo de volver a salir a la calle, ya que el confinamiento se convirtió poco a poco en una forma de defensa y supervivencia. Con lo cual estar fuera de la casa representa una amenaza. Esto genera una gran controversia, ya que más tarde o más temprano los humanos retomaremos la esencia de la socialización interactuando con lenguaje corporal, afectivo y emocional.
Para ayudarnos lo recomendable es hablar en el hogar de lo que haremos cuando ya se tenga el permiso para salir a convivir con los demás.
A los niños se les debe explica con sencillez que a la hora de volver a la escuela, quizás no puedan abrazar de inmediato a sus compañeritos, que algunas clases seguirán de forma virtual y en otras podrían estar en el aula como antes, pero con el espacio acomodado de diferente forma. Y que poco a poco sus maestros ayudarán a asimilar todas las nuevas formas de adaptación.
Los adultos con miedos así deben aceptar este sentimiento a nivel consciente y asimilar que es normal. Luego decirse mentalmente cosas como: “Soy adulto, lo puedo superar, reconozco que antes poseía la habilidad de socializar y puedo volver a ponerlo en práctica de forma fluida y cotidiana”.
Deben evitar obligarse a que el ejercicio dé resultados de inmediato, pero tienen que perseverar. Darle un toque de humor a la experiencia y buscar una canción que les ayude a superarlo como si fuera una muletilla. Y por último dejar de preocuparse. Así como nos adaptamos al confinamiento igual lo haremos con la nueva vida que nos espera.