La Teja

Un estornudo de sanos bolados

- Eduardo Vega eduardo.vega@lateja.cr

A la emergencia sanitaria causada por el COVID–19 se suma la entrada de la época lluviosa, un periodo en el que los baldazos, humedad, viento y bajas temperatur­as provocan un aumento de otros virus que causan infeccione­s respirator­ias.

El virus respirator­io sincitial y el virus de la influenza son los más comunes en el país.

A mediados de junio del 2019, se contabiliz­aron 3.747 casos de virus respirator­ios, según el Ministerio de Salud.

Ante esta situación, el Colegio de Farmacéuti­cos de Costa Rica y la empresa privada decidieron dar a conocer las medidas de prevención frente a estas enfermedad­es mediante una campaña informativ­a dirigida a padres y cuidadores de niños y adultos mayores, que se llama “Alto al contagio”.

Por eso hablamos con dicho colegio para aclarar varias dudas o incluso mitos.

- Mito. El alcohol en gel es suficiente para limpiar las manos.

Realidad. La principal recomendac­ión es el lavado de manos con agua y jabón como la medida más efectiva y económica para prevenir el contagio de virus. Si por alguna razón es imposible el lavado de manos, se puede recurrir a alcohol en gel, que es un antiséptic­o para manos hecho a base alcohol. Se debe verificar que el contenido en alcohol sea como mínimo de un 60%.

- Mito. El consumo de vitamina C y beber té de plantas medicinale­s previene las infeccione­s respirator­ias.

Realidad. No son medidas eficaces para proteger o prevenir infeccione­s respirator­ias. Una dieta sana, rica en vitaminas y minerales, ayude a estar más saludable, pero no garantiza que no se vaya a enfermar. La vacunación, por ejemplo, sí es una medida de prevención importante y efectiva.

- Mito. Enjuagar regularmen­te la nariz con solución salina ayuda a prevenir las infeccione­s respirator­ias.

Realidad. Esta afirmación es falsa. Hay algunas pruebas limitadas de que enjuagar regularmen­te la nariz con solución salina puede ayudar a las personas a recuperars­e más rápidament­e del resfriado común; sin embargo, no se ha demostrado que prevenga las infeccione­s respirator­ias.

- Mito. Los antibiótic­os son efectivos para tratar infeccione­s respirator­ias virales.

Realidad. Es mentira, los antibiótic­os no funcionan contra los virus, solo funcionan contra infeccione­s bacteriana­s, por lo que no deben utilizarse como medio de prevención o tratamient­o. Con antibiótic­os no se curará la infección ni se evitará el contagio a otras personas. En cambio, cuando se usan inadecuada­mente, pueden causar reacciones dañinas y generar la resistenci­a de las bacterias.

- Mito. Las mascotas de la casa pueden transmitir enfermedad­es respirator­ias.

Realidad. Incorrecto. Actualment­e no hay evidencia de que las mascotas o animales domésticos sean transmisor­es de infeccione­s respirator­ias como el COVID-19.

- Mito. Las vacunas contra la neumonía, me protegen contra el nuevo coronaviru­s.

Realidad. Las vacunas contra la neumonía no protegen contra el nuevo coronaviru­s. Es un virus tan nuevo y diferente que es necesario desarrolla­r una vacuna específica.

- Mito. Las mujeres embarazada­s no deben vacunarse contra la influenza.

Realidad. Esta afirmación es falsa. La vacuna de la influenza contiene un virus inactivado que no produce la enfermedad, por lo que es segura en cualquier momento del embarazo. La mujer embarazada debe recibir esta inyección dado que su sistema inmune puede estar más débil de lo usual.

- Mito. La influenza no es una enfermedad seria y no necesito la vacuna.

Realidad. La mayoría de las personas se recuperará­n en unas pocas semanas, pero algunas pueden desarrolla­r complicaci­ones como infeccione­s sinusales y de oído, neumonía, inflamacio­nes cardíacas o cerebrales. Hasta 650.000 personas al año pueden morir de las infeccione­s por gripe, neumonía, inflamacio­nes del corazón o del cerebro.

- Mito. Me inyectaron y sigo con gripe porque la vacuna no sirve.

Realidad. No es así. Varios virus de la gripe están circulando todo el tiempo, por lo que las personas pueden tener gripe a pesar de haber sido inyectadas, ya que la vacuna es específica de una cepa. Sin embargo, ser vacunado mejora la posibilida­d de ser protegido de la gripe.

- Mito. La vacuna contra la gripe causa gripe.

Realidad. Mentira. Las vacunas ayudan a que el organismo desarrolle inmunidad, sin provocar la enfermedad. Concretame­nte, hacen que el sistema inmunitari­o produzca anticuerpo­s protectore­s. Esta forma de vacuna está compuesta de virus muertos que no pueden infectarlo.

- Mito. Si estoy utilizando antibiótic­os o inhaladore­s por el asma no puedo vacunarme.

Realidad. Esto también es falso. Estar utilizando antibiótic­os (si ya no tengo fiebre) o inhaladore­s que contengan corticoide­s no es contraindi­cación para recibir la vacuna antigripal.

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CORTESÍA Las vacunas son un arma muy fuerte para proteger el organismo.
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CORTESÍA Es importante que los adultos mayores se vacunen contra la influenza.
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