DONDE COME UNA COMEN DOS
Sin posibilidad de ganarse la vida durante los casi tres meses de confinamiento ordenado por causa del coronavirus, las trabajadoras sexuales peruanas han organizado una olla común para poder sobrevivir con sus hijos.
“Tenemos setenta platos que vamos a hacer martes, jueves y sábado, porque la mayoría de las chicas trabajan en la calle y no tienen ahorita trabajo y no hay dinero.
“Si los hijos pequeños de estas mujeres no comen, la mamá se desespera, y tengo tres chicas que han dado a luz ahorita en esta cuarentena”, agrega Lidia (no dio apellido), coordinadora de las trabajadoras sexuales en el centro de lima. esta mujer tiene 61 años e integra la red peruana de trabajadores sexuales Miluska Vida y Dignidad. en una centenaria casona del centro histórico de lima, un puñado de prostitutas preparan en enormes ollas decenas de platos de comida para sus colegas y sus familias, que enfrentan una ruda situación económica por el confinamiento que entró en vigor desde el 16 de marzo. Con mascarillas rojas, las mujeres llegan cargando en brazos a sus hijos. algunas en tacones. Perú, con 33 millones de habitantes, registra 183.000 personas contagiadas de coronavirus y más de 5.000 muertes. además de la olla común, la agrupación ha repartido víveres en varios distritos de lima, con fondos de donaciones y de la venta de mascarillas y jarabes elaborados por ellas. la prostitución es legal en Perú, siempre que la ejerza una adulta, aunque la ley castiga la explotación de personas con fines sexuales o proxenetismo, así como la trata de personas.