Nos envían extrañas señales
Una vez más, un fenómeno llamó la atención del mundo de la astronomía. Y es que por segunda vez en lo que va del año, los astrónomos identificaron una ráfaga de radio rápida (FRB) que envía señales a la Tierra.
Sin embargo, el origen de estas señales sigue siendo un misterio para el grupo de expertos que busca esclarecer por qué se activan cada 157 días y de dónde provienen.
Las ráfagas de radio rápidas (FRB) son, como su nombre lo indica, ráfagas cortas de emisiones de radio que son detectadas por los dispositivos que escuchan señales del espacio exterior. Aparecen al azar durante un período muy corto, lo que las hace difíciles de encontrar y muy difíciles de estudiar. Una se observó por primera vez en el 2007; desde entonces, se han observado varias otras, pero solo 10 de ellas se han repetido. En este nuevo esfuerzo, los investigadores han observado el primer ejemplo de una FRB repetitivo, que se repite en un ciclo constante.
Por el momento, los científicos no conocen la fuente de las FRB y han estado desarrollando teorías, algunos sugieren que podrían no ser más que el ruido creado cuando dos estrellas chocan. Otros han sugerido que son mensajes de lejanas civilizaciones avanzadas.
2 veces en lo que va del año, los astrónomos fueron sorprendidos.
“El gran problema que se encuentra, es que en la mayoría de los modelos estudiados, ninguno concuerda con períodos tan largos de emisiones, ya que la gran característica de las FRB es que son emisiones rápidas, precisamente es por el tiempo corto que uno nota la pulsación”, explicó a Infobae Diego Cirilo-Lombardo, del Instituto Nacional de Física del Plasma INFIP-UBA-CO
NICET, en
Argentina.
En este sentido, una investigación realizada por la Royal Astronomical Society explicó que a pesar de la extensa monitorización de la fuente, no se pudo identificar ningún patrón en la repetición que explique el fenómeno.
“Lo que pudieron observar estos científicos es que la fuente tiene una frecuencia muy alta. Generalmente una media para esas emisiones que son de origen astrofísico, se encuentran entre mediodía a tres días. El gran misterio detrás de esto es que uno quisiera identificar el tipo de fuente para entender cómo algo que está continuamente apagado de repente se prende en un período de
157 días, eso es lo importante, intentar explicar por qué sucede este fenómeno con una periodicidad tan larga”, enfatizó Cirilo-Lombardo.
El patrón repetitivo sugiere que la fuente podría ser un cuerpo celeste de algún tipo que órbita alrededor de una estrella u otro cuerpo. En tal escenario, las señales cesarían cuando sean obstruidas por el otro cuerpo. Pero eso todavía no explica cómo un cuerpo celeste podría enviar tales señales de manera regular. Otra posibilidad es que los vientos estelares podrían aumentar o bloquear alternativamente las señales de un cuerpo detrás de ellos. O podría ser que la fuente es un cuerpo celeste que está girando.
Por otro lado, los investigadores abordaron las emisiones utilizando simulaciones, comprobando que se necesita al menos 100h de tiempo del telescopio para hacer un seguimiento de los FRB repetidos y poder detectar periodicidades. Si el período es real, muestra que los FRB repetidos pueden tener un amplio rango en sus períodos de actividad que podrían ser difíciles de conciliar con los modelos de precisión de estrellas de neutrones.
Ante esta nueva señal emitida hacia la tierra, son cada vez más los interrogantes que buscan explicar el origen de las señales y el por qué se repiten cada 157 días. Hoy son cada vez más los científicos que buscan responder la incógnita.
Uno quisiera identificar el tipo de fuente para entender cómo algo que está continuamente apagado de repente se prende”. Diego Cirilo-Lombardo Científico