La Teja

ENCIERRO BIEN ABIERTO

- Eduardo Vega eduardo.vega@lateja.cr Doña Ana y don Franz disfrutan el verde de nuestros montes.

La tica Ana Isabel Saborío y el suizo Franz Rinderer tenían que haber salido del país el 18 de marzo, pero la pandemia les puso los planes de cabeza, aunque ellos los enderezaro­n de gran forma.

Pero los esposos, lejos de desesperar­se por quedar “encerrados” en Costa Rica, comenzaron a aprovechar el tiempo en caminatas diarias y ya llegan a los 1000 kilómetros recorridos. Es como si hubieran ido andando desde San José hasta la capital de El Salvador.

Ana Isabel nació en el mismo pueblo que Mauricio “Chunche” Montero, La Argentina de Grecia, tiene 62 años, es máster en Química, instructor­a de yoga y lleva casi 40 años viviendo en Estados Unidos.

Se casó hace 32 años con Franz, quien desde que la

vio le dijo a una amiga en común: “Yo me voy a casar con ella”.

Franz tiene 59 años y es ingeniero en la compañía holandesa ASML, que les fabrica piezas a empresas como Apple e Intel.

A la pareja, que vino de vacaciones, le han cancelado cuatro veces la posibilida­d de viajar luego de haberles dicho que podía hacerlo.

Así andan las cosas en la actualidad.

Qué dichosos. Con los pies en la tierra, Ana Isabel y Franz encontraro­n en Grecia y en playa Tivives dos lugares ideales para llevar bien la cuarentena.

De hecho, fue en Tivives donde decidieron, en marzo, ponerle bonito a la rutina de ejercicio porque ambos tienen la sana costumbre de moverse.

Empezaron con pocos kilómetros y paso a paso fueron ganando condición física hasta alcanzar casi los 10 kilómetros diarios.

Son puntuales y fieles. No hay día que no se tiren a caminar por las calles o en la zona costera de Esparza.

Al 11 de junio, caminando 9 kilómetros diarios, han completado 930 kilómetros. Este 12 de junio habrán llegado a los 940 y en seis días llegarán a los mil kilómetros.

“Me fui muy joven para Estados Unidos, prácticame­nte sin conocer nada de Costa Rica, por eso estoy disfrutand­o con mi esposo este encierro. Ha sido una experienci­a lindísima porque ganamos en lo físico y en lo cultural, cada caminata es como un sueño cargado de naturaleza y de contacto con especies de la zona, por eso siempre andamos cámara”, nos comentó doña Ana, quien junto a su esposo compró una pequeña casita en Tivives.

Con dudillas. Al principio Franz tenía algún tipo de temor de quedarse en el puro centro de América en tiempos de pandemia, sobre todo porque él tiene factores de riesgo como presión alta y un par de úlceras en el estómago.

“Un amigo estadounid­ense de Tivives siempre sale a caminar y fue así como nos enganchamo­s con él. Es una de las mejores decisiones porque ampliamos nuestra experienci­a de disfrutar Costa Rica y ahora todos los días vivimos experienci­as nuevas, divertidas y en pleno contacto con la naturaleza”, explica Franz.

Doña Ana es instructor­a profesiona­l de yoga y entre sus clientes están, nada menos y nada más, que los Padres de San Diego, el equipo de béisbol de las Grandes Ligas de Estados Unidos.

Ella calzó a la perfección porque como habla inglés y español se puede entender

con todos.

Cuidarse y comer sano. Franz fue autorizado por su empresa para hacer teletrabaj­o y eso le ha encantado porque considera que es la mejor medicina que puede tener junto con las grandes troleadas diarias.

Sin embargo, está entre la alegría de pasar en Costa Rica la pandemia y la preocupaci­ón porque los hijos y los gatos están en Arizona, donde viven.

El tema es que cuando este matrimonio ve las noticias de Estados Unidos se le para el pelo y más al concentrar­se en el golpe que le ha pegado el COVID-19 a Arizona, donde hasta el momento hay más de 27.500 contagiado­s (casi 2 millones de contagios en todo el país) y más de 1.000 muertos (más de 111 mil en todo Estados Unidos).

La aerolínea American Airlines ya se puso en contacto con la pareja para confirmarl­e que tiene tiquetes para el 14 de julio.

Como dice doña Ana: “todavía falta mucho y es mejor esperar”.

“Son días de cuidarme, comer sano y seguir las caminatas porque ese contacto tan lindo con la rica naturaleza del país nos relaja y nos sana, aquí me siento muy seguro, estoy muy sorprendid­o de la forma tan positiva que el país ha enfrentado al coronaviru­s”, dice Franz.

“Volveremos cuando sea lo indicado, no nos desesperam­os porque estamos pasándola pura vida”, añade.

 ?? CORTESÍA CORTESÍA CORTESÍA ?? Siempre hay sorpresas en los caminos de tierra.
Solo le faltan las Colibrí de hule a don Franz, ya domina el machete.
Caminar bajo un malinche en flor alegra a cualquiera.
CORTESÍA CORTESÍA CORTESÍA Siempre hay sorpresas en los caminos de tierra. Solo le faltan las Colibrí de hule a don Franz, ya domina el machete. Caminar bajo un malinche en flor alegra a cualquiera.

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