Evita es privilegiada
Doña Inés Sánchez de Revuelta llegó ayer a los 88 años como un símbolo de la tele nacional y dueña de una de las mejores voces.
Los más jovencillos la conocen por los memes y por Teleclub, programa que acumula nada menos que doce récord Guinness por ser el espacio televisivo con más años ininterrumpidos al aire, pero hubo otro programa en el cual doña Inés brilló: Las estrellas se reúnen, en Teletica, los sábados al mediodía.
Ella formó parte de ese exitoso espacio por el que pasaron artistas de altísimo nivel mundial durante varias décadas y en las que ella compartió cámaras con don Santiago Ferrando y con una niña que luego llegaría incluso a la Asamblea Legislativa.
Aquella pequeña es la exdiputada del partido Movimiento Libertario Evita Arguedas, quien trabajó al lado de doña Inés con apenas 12 años y aprendió muchísimo. Eso fue allá por 1975.
“Imagínese a una chiquilla que apenas estaba iniciando el cole y conocer a una señora que ya llevaba años en la televisión, con un nombre ya establecido, fue interesante porque la reacción fue muy bonita, cordial, siempre se mostró como una gran amiga y me respetó mucho”, afirmó.
Gran cariño. Estuvieron juntas durante 14 años y durante ese tiempo, Evita nunca recibió un mal comentario de la experimentada presentadora. A pesar de esa buena amistad no siguieron en contacto una vez finalizado el programa pero cuando se han topado, la pasan muy bien.
“Nos hemos visto en alguna que otra actividad, pero no seguimos en contacto constante, eso sí, cuando nos vemos nos demostramos el gran cariño que nos tenemos, tengo muy buenos recuerdos con ella”, dijo Evita.
Evita opina que el hecho de que doña Inés llegue a los 88 años tan entera y vigente en la televisión nacional es una muestra clarísima del gran profesionalismo que ha mantenido durante su exitosa carrera.
“Es un ser humano con mucha disciplina, enfocada en su trabajo y responsabilidad profesional, ha hecho un trabajo intachable como presentadora y productora. Es un ejemplo de lo que es ser constante y ético en la vida profesional”, reflexionó Evita.