El duelo natural se bloquea
Perder a un familiar en un asesinato rompe por completo con el proceso natural de duelo a la hora de enfrentar la muerte.
La sicóloga María Ester Flores, experta en temas de familia, asegura que toda persona debe enfrentar cinco etapas cuando fallece un ser querido; sin embargo, cada quien las vive de manera distinta.
“La primera fase es la de shock, las personas reciben el golpe de la pérdida y como que se bloquean, tardan aproximadamente entre siete meses y un año en asimilar lo que está pasando y entender todo lo que sienten. Luego está la etapa de negación, no aceptan que ya nunca más verán a la persona que tanto querían.
“La tercera es la fase de ira, muchos se enojan con Dios, con la vida o hasta con ellos mismos por el dolor que enfrentan. Después está la depresión o melancolía, la gente llora, siente impotencia y abundan los sentimientos tristes.
“Ya luego de pasar por todo eso viene la última etapa que es la de adaptación a la vida, ahí es cuando las personas aceptan que tendrán que seguir adelante sin su ser querido”, explicó la sicóloga.
Más dolor. La especialista asegura que cuando la pérdida está marcada por un trauma violento, como en el caso de doña Luz y su hijo, Marco, el proceso se estanca entre las etapas de la ira y la depresión, causando una especie de círculo doloroso.
“Marco tuvo que enfrentar un proceso de duelo realmente duro y atípico porque además de enfrentar la pérdida de la mujer que le dio la vida, tuvo que lidiar con la traición de un hombre al que veía como su amigo que fue quien mató a la mamá, fue un duelo doble.
“Cuando la persona está atrapada en una situación así lo primero que debe hacer es dejar salir toda ira, puede gritar, golpear algo, en fin, hacer algo que le permita soltar eso. Luego debe llorar las veces que sean necesarias, si quiere hacerlo con alguien de confianza está bien o si prefiere hacerlo solo también, lo importante es que se desahogue”, explicó.
Flores dice que en ese momento es fundamental la espiritualidad y acercarse a personas o grupos de ayuda que ya han vivido situaciones similares.
“Sea cual sea el credo de la persona es importante que se acerque a un grupo que le dé fuerza espiritual para llevar el duelo, eso permite acceder al supraconsciente (la parte espiritual del inconsciente).
“Más adelante ya vendrá el perdón, que consiste en perdonarnos a nosotros mismos por haber permitido que un tercero nos hiciera tanto daño o nos amargara la vida”, añadió.
Marco narra que precisamente el encontrarse con Dios fue la clave para salir del dolor que lo consumía por el homicidio de doña Luz. Aún hoy 21 años después del crimen, él sigue aferrado a su fe porque dice que lo hace sentirse fuerte y le permite vivir en paz.