La Teja

Ángel de cristal ilumina familia

- Alejandra Portuguez Morales alejandra.portuguez@lateja.cr

Don Eliseo Márquez era un taxista panameño esposo de doña Digna Rodríguez de Márquez, una conductora de buses estudianti­les del vecino país.

Esta pareja siempre se demostró un amor muy grande. Además de traer al mundo a cuatro hijos: Róger, Marlene, Mabel y Abdiel, adoptaron a una niña de 2 años que se convirtió en una integrante más de la familia, su nombre era Cristal Out Fernández, quien falleció de forma desgarrado­ra.

La pequeña fue decapitada cuatro años después en un hotel, en el centro San José, la madrugada del 19 de enero de 1997. Su familia se enteró de la tragedia por medio de un fax en el que iba la copia de un periódico costar ricense, el cual le dieron a don Eliseo en Panamá mientras andaba taxiando.

“Mi esposo salió a trabajar, cuando regresó traía un papel en el bolsillo, él solo lloraba y lloraba, le pregunté qué pasó, pero solo lloraba, le quité el papel y este decía: ‘Madre biológica decapita a su hija’, fue lo peor que nos pudo pasar.

“Esto es algo de lo que uno no se puede recuperar, era un periódico de Costa Rica. La gente sabía que nosotros éramos los papás adoptivos de la niña y por eso nos dieron el papel del fax”, recordó doña Digna.

Esta mamá adoptiva actualment­e tiene 72 años y aún tiene grabadas las últimas palabras que le dijo su hija menor: “¡Mami, no llores voy a regresar!”.

Lamentable­mente Cristal regresó con su familia en ataúd, la sepultaron en el cementerio de San Martín de Pocora, Panamá.

Su recuerdo permanece vivo en la casa de la familia, la cual en la sala mantiene la fotografía de la pequeña, ellos viven en Tocumen, zona pertenecie­nte a la capital panameña.

Cuatro años de amor.

Cristal nació en Holanda en 1990, su papá biológico era un holandés y su mamá la venezolana Mariela Fernández Dávila; los padres estaban separados y la mamá había llegado a Panamá donde trabajaba como prostituta, por lo que ella buscó la manera de regalar a su hija.

La familia recibió a la pequeña el 25 de enero de 1993, junto con su pasaporte y con una carta firmada por Mariela Fernández, quien en ese momento tenía 22 años y aseguraba que regalaba a su hija al hogar Márquez, además, se comprometi­ó a enviar mensualmen­te $100, pero el dinero nunca lo mandó, se desentendi­ó de que tenía una niña.

“En 1993 además de manejar buses de estudiante­s, trabajé de cajera en el restaurant­e del hotel Montreal en Panamá, Mariela estaba hospedada ahí, llegó al restaurant­e y me dijo: ‘¿usted quiere una niña?‘, le pregunté que si la estaba regalando y me dijo que sí, yo agarré a la niña, me la traje para la casa, hice un papel donde ella me la entregaba, para ese tiempo la niña casi no hablaba”, mencionó la madre adoptiva.

La pequeña sintió el cariño de su familia panameña y comenzó a crecer en el seno de un hogar muy humilde, pero trabajador, pasaron cuatro años juntos y Cristal estaba en el kínder. “Era una niña muy espabilada, siempre andaba saludando, ella nos amaba y nosotros a

A Cristal nunca la voy a olvidar, era mi bebé, la fatalidad ocurrió luego de que me la quitaran por medio de la ley de Panamá”.

Digna Rodríguez Mamá adoptiva de Cristal

ella”, recordó doña Digna.

El matrimonio le dio a este chiquita lo mismo que a sus otros cuatro hijos, pero la alegría del hogar fue arrebatada el lunes 13 de enero de 1997, cuando Mariela Fernández volvió a aparecer en casa de la familia panameña, exigiendo que le devolviera­n a su hija, quien ya tenía 6 años.

“Mariela apareció en Panamá, me dijo que le prestara a su hija, que ella quería dormir con ella en un hotel, le dije: ‘¿Por qué en un hotel?, aquí hay cinco camas y se pueden quedar en la casa’, pero ella me decía que no.

“Yo esto lo vi muy raro y me llevé a la ‘bebi’ (Cristal) para otro lugar, pero mi esposo me dijo, ‘no, esto lo vamos a arreglar en el Tutelar de menores, regresemos’, cuando iba de regreso, por una zona que se llama Felipillo se me puso un carro adelante y otro atrás, me detuvieron y me trajeron al cuartel (delegación policial) y me quitaron a mi hija, la niña la dejaron custodiada en un sitio de niños.

“En un principio una jueza me dijo que yo ganaba este caso porque la chiquita tenía con nosotros muchos años; a mí me dejaron irme para mi casa pero la ‘bebi’ se quedó ahí”.

A la familia Márquez le preocupaba la actitud de Mariela, presentían que algo malo podía ocurrirle a la chiquita. La mamá biológica llevó el caso hasta un juzgado canalero y la jueza panameña, Rosenda Sarmiento, le concedió a la venezolana la custodia de Cristal el viernes 17 de enero, a las 9 a.m., desde ese momento inició una pesadilla para la familia canalera.

El sábado

18 de enero de 1997, la venezolana sacó a la niña de Panamá por la frontera de Paso Canoas y llegaron a San José en un bus la madrugada del domingo, apenas se bajó buscó un taxi y pidió que la llevaran a un hotel barato, pero que tuviera bañera en la habitación.

Mariela y Cristal se hospedaron en la habitación 11 del hotel Venecia, en el centro de San José. Ese domingo en la madrugada Mariela le quitó la vida a su hija.

Pocas horas después, Mariela salió del hotel bañada y con dos bolsas, agarró un taxi y pidió que la llevaran a la parada de buses de Cartago.

Se fue para Orosi y al bajarse frente a la plaza de deportes caminó hasta donde otro taxista, de nombre Alejo Berrocal, a quien le pidió que la llevara hasta un botadero para deshacerse de dos bolsas de basura.

El taxista la llevó hasta calle Sánchez de Orosi para que tirara las bolsas en los alrededore­s del río Macho.

Don Alejo agarró una bolsa para ayudarle y la sintió muy pesada, además en el fondo se sentía que lo que iba dentro estaba tibio, desde ese momento comenzó a sospechar que se trataba de un cadáver y fue él quien alertó a la policía de la localidad.

Los oficiales detuvieron a Mariela Fernández cuando iba caminando por Orosi.

Trabajó como carnicera. Doña Digna cuenta que la venezolana trabajó en una carnicería antes de dedicarse a la prostituci­ón.

La asesina fue condenada el 4 de diciembre de 1997 a 35 años de cárcel por el homicidio de su hija. El 12 de diciembre del 2003 la repatriaro­n a su país para que terminara de cumplir la condena en su tierra natal.

El papá adoptivo de Cristal, don Eliseo, murió en el 2008 de cáncer de colon. Antes de morir la pareja panameña perdonó a la venezolana por quitarles a la pequeñita.

La razón del por qué mató a la chiquita nunca fue confirmada por las autoridade­s, en apariencia la venezolana dijo que ella necesitaba renacer y sacrificó a su hija para rejuvenece­r.

“No me explico qué fue lo que le hizo la ‘bebi’ (Cristal) para tener que decapitarl­a”, dijo la madre adoptiva.

De la jueza Rosenda Sarmiento no volví a saber nada, pero tengo la fe de que se haya arrepentid­o, yo la perdoné, ya no voy a conseguir que Cristal viva, solo me quedan los recuerdos”.

Digna Rodríguez,

Mamá adoptiva de Cristal.

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ARCHIVO ARCHIVO Mariela, de suéter blanco, fue condenada a 35 años de cárcel el 12 de diciembre del 2003. La sonrisanri­sa de Cristal llenónó de luz a la familiaia pana-pana meña.a.
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La noticia impactó a Costa Rica y Panamá.
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ARCHIVO ARCHIVO ARCHIVO Los recuerdos de e la pequeña permanecen vivos en el humilde hogar panameño. La noticia impactó a Costa Rica y Panamá. Las autoridade­s encontraro­n el cuerpo de la niña en calle Sánchez de Orosi.

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