TRISTE FINAL DE KARIN
El temor del cual la alemana Karin Holzapfel le habló a su familia antes de desaparecer en Costa Rica al parecer era muy real porque las autoridades judiciales confirmaron que encontraron sus restos.
Yuney Valverde, jefe de la delegación del OIJ en Jacó, informó por medio de la oficina de prensa que una comparación de dientes determinó que huesos encontrados el sábado 4 de julio y el domingo 5 de julio en isla Herradura, cerca de playa Herradura, corresponden a la extranjera.
El sábado encontraron el torso y el domingo el cráneo, muy cerca de donde estaban los primeros restos. En aquel momento se dijo que los restos estaban muy descompuestos, pero por las manos se sospechó que eran de una mujer.
Las imágenes de los dientes se consiguieron por medio de la Interpol, la policía alemana y la embajada de este país en Costa Rica.
“Nuestros laboratorios hicieron las comparaciones y dieron como resultado la identificación de Karin”, dijo Valverde.
Agregó que por el estado del cuerpo fue imposible determinar cómo murió. Están a la espera de los resultados de la autopsia.
Ningún padre quiere enterrar a su propio hijo, es terrible”.
Meinolf Schulte, Amigo de la familia
Algo ocurrió. La desaparición de Karin, de 32 años, trascendió el 28 de junio, último día en el que se comunicó con su familia mediante una llamada por WhatsApp en la que les dijo que sentía miedo.
Este temor lo sintió, supuestamente, luego de participar en un retiro terapéutico y espiritual en San Mateo de Alajuela.
Lo último que se sabe es que llegó a ese retiro el 18 de junio. En ese momento le dijo a la familia que le gustaba y que se quedaría una semana má; sin embargo el 27 de junio la familia la notó extraña en una llamada.
Supuestamente ella huyó descalza y en pijama del retiro y llegó a una casa a tres kilómetros de distancia, así lo informó Meinolf Schulte, un alemán que vive en La Fortuna de San Carlos y ayudó a la familia en la búsqueda de Karin.
“En una llamada telefónica del domingo por la mañana (28 de junio), le informó a su madre que el retiro ya no era un lugar seguro para ella y que el propietario podía usar su poder para influir negativamente en ella. Dijo que estaba en peligro, dejó el campamento en la noche para que nadie se diera cuenta”, dijo Meinolf.
Al parecer, la extranjera contactó a un amigo y se fueron a Jacó, también estuvieron en Puntarenas y desde ese momento perdieron el contacto con ella.
En apariencia lograron contactar al amigo, quien dijo que Karin no quiso seguir en el carro.
Al OIJ. Ante esta situación la familia de la extranjera se comunicó con la cónsul de Alemania en Costa Rica, Desirée Leonhardt, para que les ayudara a denunciar la desaparición de Karin ante el OIJ.
La denuncia fue interpuesta el 6 de julio, dos días después de que encontraron los huesos.
Meinolf asegura que recorrió cerca de 3000 kilómetros yendo y viniendo por el país siguiendo pistas. Llamaba gente asegurando que la había visto, pero todas las alertas resultaron falsas.
Karin vino a vivir durante seis meses a suelo tico; ella no tenía ningún pariente aquí en el país.
Meinolf dijo que la familia está enterada de la muerte desde el viernes y debido a la pandemia aún no se sabe si van a cremar el cuerpo de Karin para enviar las cenizas a Alemania o si las esparcirán en el mar aquí en Costa Rica.