Miles en la mira del coronavirus
En los últimos diez años, 41.340 personas han sido internadas en los distintos hospitales del país por problemas de hipertensión arterial y diabetes, dos de los factores de riesgo para quienes se contagian de covid-19.
Las estadísticas de la Caja Costarricense de Seguro Social revelan que entre el 2010 y el 2019 fueron 36.450 los pacientes con diabetes que estuvieron hospitalizados y 4.890 las personas con presión alta que necesitaron permanecer en un centro médico. Además, entre enero y marzo del 2020, estuvieron internados 895 diabéticos y 91 hipertensos.
El endocrinólogo Fernando Andrés dice que se estima que, en Costa Rica, una de cada diez personas adultas tiene diabetes.
“Hemos visto que gente más joven empieza a tener problemas de azúcar alta. Antes era común que las personas fueran diagnosticadas con diabetes después de los cincuenta años, pero ahora ha incrementado el número de pacientes que empiezan a padecer diabetes desde los treinta años.
“La hipertensión se da en personas de más edad porque consiste en el endurecimiento de las arterias y eso se da por lo general en personas adultas mayores de más de 65 años. Se estima que un 30% de esta población padece hipertensión”, dijo el especialista.
Datos. Aunque esta enfermedad es más común en viejitos, Guiselle Guzmán, epidemióloga y jefa del área de Salud Colec
tiva de la Caja, asegura que, de acuerdo con la última encuesta de enfermedades cardiovasculares realizada en el 2018, en nuestro país 32 de cada 100 personas mayores de 19 años padece de una hipertensión arterial conocida.
Además, el 4,8% de la población identificada en la encuesta no conocía que padecía de presión arterial alta.
En ese mismo estudio se detalla que diez de cada 100 personas han sido diagnosticadas diabéticas y un 3,9% tenían esa enfermedad sin que lo supiera antes de la encuesta.
Andrés explica que los factores que causan los dos padecimientos son los mismos: obesidad, falta de ejercicio y la mala alimentación.
El especialista dice, además, que para que haya un cambio en las cifras urgen modificaciones en las costumbres de la población, ya que se debe hacer un cambio en la preparación de la comida para así bajar el consumo de harinas, grasas, sal y azúcar y también en el estilo de vida para incluir el deporte.