AMOR EN TIEMPOS DE COVID-19
¢324 millones menos para ayudar
Los moteles son parte de los comercios que la han estado viendo fea a raíz de la pandemia, ya que muchas personas han tenido que sacrificar la pasión ante la falta de plata por la crisis económica, las restricciones de circulación y el temor de ser contagiado por la pareja si esta no es de la misma burbuja.
Y el golpe tiene sus réplicas porque hasta el IMAS, que se ha hecho fundamental en esta guerra contra el coronavirus, sale contagiado.
Y es que los impuestos que los moteles, ahora llamados hoteles de paso, pagan al Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) se ven reducidos drásticamente. Según un reporte de la institución, en marzo del 2019 recibieron 284.545.620, mientras que en marzo de este año el aporte fue de 71.266.556.
Eso sí, hay que tomar en cuenta que la cifra del año pasado fue superior a lo acostumbrado, ya que se recibieron ingresos extraordinarios por la Amnistía Tributaria vigente de diciembre 2018 a marzo 2019, es decir, muchos empresarios moteleros se pusieron al día con deudas fiscales que tenían.
En abril del 2019 el IMAS recibió de estos comercios del amor 75.513.890, mientras que en el mismo periodo de este año recibieron 43.341.657. En mayo del 2019 el pago fue de 84.312.750,00 y en mayo del 2020 33.614.379. Por último, en junio del 2019 los moteles aportaron 74.828.260 y en el mismo periodo de este año 46.796.939; en total la institución ha dejado de percibir 324.180.986. La falta de pasión la está matando.
La visitación en esos lugares se ha reducido hasta la mitad, ya que hasta las restricciones vehiculares sanitarias les complican a los ardientes clientes la coordinación para darse una escapadita.
Katherine Vargas, gerente comercial de la cadena Fantasy Rooms, la cual incluye moteles como el Edén, el Paraíso, Jardín Oriental, Maison Doree y Venus, dijo que han tenido que acoplarse a este nuevo nivel de vida que lleva la gente y hacer un gran esfuerzo para mantener el personal, pese a la baja en las ganancias.
“Hemos visto que cuando se ha anunciado el cierre de locales a las 5 de la tarde, por ejemplo, las personas vienen más temprano porque saben que en la noche, cuando acostumbraban venir, ya no van a poder.
“Ahorita que estamos en horario 24/7 la restricción vehicular nos ha afectado bastante porque ya la gente lo piensa dos veces para venir porque si salen tarde del motel se exponen a una multa, eso ha hecho que las parejas que sí se animan decidan quedarse a dormir para regresar a sus casas ya cuando acabó la restric
ción”, explicó la funcionaria.
Limpieza extrema. Vargas dice que si ya de por sí este tipo de locales comerciales requieren una limpieza profunda siempre, ahora por el asunto de la pandemia se han encargado de aumentar los controles para proteger al personal y a los huéspedes.
“Desde el momento en el que uno de nuestros colaboradores entra a una habitación a hacer limpieza, luego de
Estamos evitando a toda costa despedir a nuestro personal, por eso hemos ajustado los horarios y funciones”.
Katherine Vargas Gerente de Fantasy Rooms.
que la desocupan, lleva en la mano una botella de espray con un germicida que mata cualquier rastro de virus. Eso se esparce por todo el cuarto y ya luego las sábanas, los paños y todo eso se recoge y se envía a la lavandería.
“También se barre y se limpia el piso y se desinfectan con el germicida todas las superficies, manillas, llavines, controles de televisión, radio, apagadores, servicios sanitarios, baños, jacuzzi,¡todo! Una vez que está listo un supervisor hace una revisión para asegurarse de que se hizo el proceso completo y
bien hecho y da el visto bueno para que la habitación quede disponible. El proceso de desinfección tarda aproximadamente media hora”, detalló.
Además, cuando una pareja entra al cuarto, recibe un jabón y un alcohol en gel para que se desinfecten.
Pero las medidas sanitarias no se limitan a la limpieza de los cuartos, el personal de los moteles también la aplican de forma estricta.
“Desde que entra un compañero a trabajar tiene que desinfectar los zapatos, lavarse las manos y ponerse alcohol en gel. Además, se le toma la temperatura y cada dos horas se le vuelve a tomar para llevar un control.
“La mascarilla es obligatoria en todo momento, solo cuando van a comer no. Se hicieron horarios escalonados para que los colaboradores vayan al comedor con el fin de que por turno no haya más de cuatro personas en ese lugar, así evitamos las aglomeraciones. Los compañeros cuyos puestos pueden desempeñarse desde la casa están haciendo teletrabajo y así evitamos que se expongan y vengan”, agregó Katherine.
Promociones. La gerente dijo que no han modificado los precios de las habitaciones, pero sí han hecho promociones y combos.
“En nuestros locales hay habitaciones que van desde los diez mil colones hasta los treinta mil, con estadía de cuatro, seis o doce horas, entonces los clientes se ajustan al precio que más les sirve.
“En estos últimos meses hemos puesto promociones, por ejemplo, si la pareja se queda a dormir toda la noche le regalamos el desayuno o les ofrecemos combos de comida para que aprovechen nuestro servicio de restaurante. En cada local tenemos un chef que se encarga de preparar los platillos, por lo que nuestros clientes siempre tendrán alimentos frescos”, dijo Vargas.
“Hemos tratado de adaptarnos a las necesidades de los clientes y los cuidamos. Recibimos muchas parejas que quieren salir de la rutina y por eso visitan un motel, lo hacen en su propia burbuja, entonces no se exponen a
aglomeraciones ni nada de eso.
“Pero no solo recibimos parejas, nos ha pasado, por ejemplo, que nos contactan trabajadores de lugares alejados que tienen que venir a hacer entregas o trámites a San José y debido a la restricción tienen que buscar un lugar cómodo y limpio para dormir, entonces nos llaman para preguntarnos si pueden quedarse toda la noche y por supuesto que les decimos que sí”, añadió.
Cuidan al empleado. La gerente dice que debido a la baja en las ganancias tuvieron que rebajar las jornadas y los salarios de sus colaboradores a la mitad, pero que están luchando por mantenerse a flote.
“En nuestra cadena tenemos cerca de 250 colaboradores y no hemos despedido a uno solo. Les hemos explicado la situación y ellos han visto que debido a órdenes del Ministerio de Salud hemos tenido que cerrar la entrada de los moteles.
“Hemos aprovechado esta situación para hacer limpiezas profundas, aseo en las entradas de los locales, las aceras, ventanas, todo eso y arreglos que teníamos pendientes para que nuestro personal esté ocupado y así no tengamos que quitarle a nadie su sustento. Sabemos que muchos de nuestros colaboradores son jefes o jefas de hogar y queremos ayudarles hasta donde nos sea posible”, dijo.
Vargas contó que como parte del compromiso que tienen con sus trabajadores, en abril les dieron a cada uno un diario para que se ayudaran y este mes les darán otro. También cada colaborador tiene el derecho a almorzar gratis en su lugar de trabajo, así no tienen que preocuparse por llevar comida o comprarla.
La gerente comercial dice que los colaboradores reciben constantes capacitaciones sobre limpieza, el uso correcto del cubrebocas, los guantes y todo lo que necesitan saber en tiempos de pandemia para protegerse ellos y a los clientes.