155 años de heroísmo
El 26 de enero de 1864 los ticos tiramos el tapón y nos dimos cuenta de que no se podían seguir apagando los incendios con baldes, palanganas y cuanto recipiente apareciera, mientras se formaba una fila de gente que se pasaba los recipientes llenos de agua.
Aquel día un incendio de los bravos quemó la casa del entonces presidente de Costa Rica, Jesús Jiménez Zamora y como se luchó contra el dragón de fuego a punta de palanganas, nada se salvó, por lo que todos los voluntarios que ayudaron entendieron que no se podía seguir así y nació la idea de formar un cuerpo de bomberos debidamente organizado que dejara los baldes en el pasado.
Un año la municipalidad de San José recogió plata entre la gente y mandó a traer a Gringolandia una “bomba para incendios”, la cual llegó el 20 de junio de 1865 y el 27 de julio, de ese año, fue fundado el Cuerpo de Bomberos de Costa Rica, como un departamento de la municipalidad.
Luis Fernando Salas Sánchez, director operativo del Cuerpo de Bomberos, nos recordó que las primeras máquinas apagafuegos que llegaron al país, antes de 1910, eran de vapor y se montaban en una carreta jalada por dos caballos.
Tenían una parte para mantener encendido un fuego que cuando se daba la alerta de incendio, se atizaba para que generara vapor, el cual movía una bomba que era la que lanzaba el agua. Eran unas máquinas inglesas de la marca Merryweather y solo cargaban como 200 galones.
“Varios años después, gracias al aporte de la colonia china en el país, llegó una máquina de bomberos de pistón, también traída de Inglaterra. El pistón era movido por la fuerza de cuatro personas que hacían para arriba y para abajo una palanca con la que se bombeaba el agua. Fue un gran salto tecnológico y mejoró el tiempo para apagar incendios por la fuerza y la cantidad del chorro de agua”, explica don Luis Fernando. El gran salto tecnológico ocurrió en 1913 cuando se compró la primera máquina automotor, o sea, un vehículo con bomba, de la fábrica Knox, de Springfield, Massachusetts en Estados Unidos. Era tecnología de punta, ya que tenía capacidad para lanzar mil galones por minuto, todo un monstruo para la época.
El 29 de mayo de 1925, por medio de un decreto ejecutivo se dispuso que el Cuerpo de Bomberos pasara a ser una dependencia del Banco Nacional de Seguros, hoy el Instituto Nacional de Seguros
“Fue en 1928 que se le apostó a la tecnología de piñones con camiones que ya traían el sistema de generación de energía para el bombeo aprovechando la potencia del motor del camión.
“Con ninguna de las tecnologías anteriores a 1928, por ejemplo, se hubiera podido apagar el incendio de la bode
ga de la empre
sa de Empaques Santa Ana, en mayo pasado (duraron seis días apagándolo), en El Coyol de Alajuela. Hubiésemos tenido que dejar que se quemara todo el material, durante días, y que prácticamente se apagara solo”, comentó.
El gran cambio, el cual se mantiene hasta nuestros días, llegó en 1950 con la compra de máquinas que utilizan fuerza centrífuga (la fuerza del motor del vehículo activa un sistema de rotación que provoca que el agua salga disparada con gran potencia y en grandes cantidades). A partir de ahí llegó el crecimiento significativo del Cuerpo de Bomberos.
Hay dos momentos claves para las máquinas de bomberos en el país, la década de los 70, en la cual la preocupación fue que llegaran a la mayor cantidad de zonas del país y en la década de los noventas que se abrieron once nuevas estaciones para echarle el hombro a las del centro de San José que tenían siempre que apoyar a otras regiones distantes.
“Hoy las 76 estaciones del país utilizan tecnología de fuerza centrífuga, hablamos de las 71 estaciones que hay a lo largo del territorio nacional, las tres que hay en aeropuertos, la estación que se tiene
en la naval de Puntarenas y la unidad que hay en la isla del Coco.
“Ha sido un viaje de siglo y medio, pasando por vapor, pistones, piñones y fuerza centrífuga, esta última, es lo más moderno que tiene el mundo”, destaca don Luis Fernando.