La Teja

Con covid y sin trabajo

- Rocío Sandí rocio.sandi@lateja.cr

La tensión es muy alta, algunos días nos levantamos bajoneados”.

Johanna Paciente

Johana, su esposo y su hijo de 6 años, enfrentan una dura batalla contra el covid-19, ya que los tres se contagiaro­n.

El esposo de la mujer fue diagnostic­ado el jueves 2 de julio, ella y el menorcito el sábado 4 de ese mismo mes. Quien ha tenido más problemas con la enfermedad es el jefe de hogar e incluso estuvo internado en el hospital de Guápiles porque tenía diarrea, fiebre y un fuerte dolor de estómago.

Por fortuna él, ya está de vuelta en casa; sin embargo, la terrible situación económica que los agobia complica la recuperaci­ón de la familia.

“Han sido semanas muy duras, mi esposo se había quedado sin trabajo antes por la pandemia y yo me ayudaba con ventas de artículos por catálogo, pero por la difícil situación económica ya la gente ni compra.

“Tenemos miedo de quedarnos sin casa porque no tenemos con qué pagar el alquiler, el mes pasado (junio) solo pudimos dar una parte que no llegó ni a la mitad y este mes estamos peor. Una amiga mía nos ha ayudado y cuando puede nos trae huevos y salchichón, además, hace unos días nos dieron una ayudita en la que venía arroz, frijoles, macarrones y algunos artículos de limpieza. Con eso nos la hemos estado jugando”.

Mucha tensión. Johanna dice que la enfermedad y falta de plata han hecho que las relaciones familiares se compliquen.

“Ya estamos mejor de salud, pero hay días en los que mi esposo amanece con diarrea, se le hinchan mucho los pies, tiene que seguir inyectándo­se insulina porque el virus le ha descontrol­ado el azúcar. Yo a veces cuando me levanto como engripada, me da dolor de cuerpo, moquera y me siento como apagada; por dicha mi hijo es asintomáti­co, de vez en cuando le da fiebre, pero se le quita con un poquito de acetaminof­én.

“La parte económica estresa mucho también, no sabemos cómo vamos a pagar los recibos. Los primeros días recibimos una ayuda de unas personas de buen corazón, pero ya se nos acabó. Nos sentimos a la deriva, mi esposo se estresa mucho porque no tenemos nada, pero tampoco podemos salir a trabajar, tenemos que estar encerrados.

“Todo eso ha causado que él y yo nos distanciem­os mucho, discutimos porque la tensión es muy alta, algunos días nos levantamos bajoneados, con mucha depresión y otros estamos mejor, nos damos la mano y hablamos para decirnos que podemos enfrentar todo juntos, pero es muy difícil todo esto”, explica.

Otra cosa que le preocupa a Johanna es que su mamá también está en cuarentena porque una hermana de ella y el cuñado están contagiado­s. Sus otras dos hermanas viven en San José y se les dificulta ir a Guápiles a ayudarles porque viven situacione­s económicas limitadas.

La mujer contó que el 15 y 16 de julio les hicieron nuevamente las pruebas a ella

y a su hijo, unos días antes se la hicieron a su esposo y las tres dieron positivo.

“Pasaron días y nada que nos daban los resultados, entonces una hermana mía llamó al Ministerio de Salud y ellos le averiguaro­n los resultados, que son positivos. Después de eso nos dieron nuevas órdenes sanitarias de aislamient­o”, contó.

Preocupaci­ón afecta. El epidemiólo­go Yayo Vicente explica que la tensión que sienten las personas puede jugarles una mala pasada y extender los síntomas aun después de que pasó el virus.

“Es muy raro que una persona contagiada de covid esté con síntomas por más de veintidós días; sin embargo, la preocupaci­ón que le genera el estar enfermos y el estrés de las situacione­s que viven pueden hacer que psicológic­amente sigan con malestares.

“Pueden seguir con la sensación de resfrío, dolor de cuerpo, incluso problemas estomacale­s por todo lo que están viviendo. Es bueno que estas personas se alimenten bien y se hidraten para que se fortalezca­n luego de haber superado la enfermedad”, aseguró el especialis­ta.

Johanna le pide a Dios que su familia pronto esté libre de la enfermedad para retomar sus vidas y salir a trabajar. Mientras eso pasa, trata de ponerle buena cara a la situación ya que es consciente de que ellos están mucho mejor que muchos otros pacientes.

Si usted quiere ayuda a esta familia guapileña puede comunicars­e al 88619784.

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FOTO: COOPESALUD. SHUTTERSTO­CK La mujer dice que no tienen dinero ni para pagar el alquiler. La familia espera que pronto les digan que ya están recuperado­s para retomar sus vidas.

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