Despiden a salonero con caravana
Los vecinos de Orosi le tenían un montón de apodos a don Gerardo Jiménez, pues esa era la forma de demostrarle su afecto a un hombre que se caracterizó por ser muy servicial.
Al él le decían “Tarantas”, “Repollo”, “Rumildo” y “Cera”, toda su vida fue salonero y este lunes 3 de agosto lo despidieron como un héroe en el cementerio de Palomo de Orosi, en Cartago.
Jiménez, de 73 años, fue víctima del covid-19 y perdió la lucha este lunes en la unidad de ciudados intensivos del hospital Calderón Guardia luego de estar 15 días internado
Rosaura Jiménez afirmó que su papito falleció a las 10 de la mañana y que decidieron sepultarlo ese mismo día a las 5:30 de la tarde, pero nunca le pasó por la mente que la comunidad saldría de sus casas con mascarillas, pancartas y globos para ofrecerle a la familia de Jiménez una muestra de cariño en este momento tan doloroso.
“Nosotros no nos esperábamos esto, todo este cariño que mi papá se ganó en vida nos alivió un poco el dolor de su ausencia física”, dijo su hija.
La caravana se extendió cuatro kilómetros, por lo que un trayecto que regularmente hacen en tan solo diez minutos se prolongó casi dos horas y media. Esta comenzó en el puente Negro a las 5:30 de la tarde y llegó al cementerio de Palomo a las 8 de la noche.
Don Gerardo era una persona muy activa, le gustaba vacilar y siendo salonero conoció a su esposa, con la que tuvo tres varones y una mujer. Además dejó nueve nietos y dos bisnietos.
Sin prueba. La familia no sabe realmente cómo se contagió don Gerardo, la única explicación es que estuvo cerca de una hermana de él que también dio positivo por covid.
Todo comenzó el 7 de julio anterior, cuando no quería levantarse de la cama, situación que no era normal en él, así que lo llevaron a un centro médico y le dijeron que se trataba de problemas en la garganta y que no era nada grave.
El viernes 17 de julio lo volvieron a llevar, pero le negaron la prueba, aduciendo que no tenía síntomas y que lo más seguro era un problema viral.
Lamentablemente, el domingo 19 de julio, la salud de don Gerardo empeoró, por lo que la Cruz Roja lo llevó al hospital Max Peralta de Cartago, donde le hicieron la prueba y lo mandaron de inmediato a cuidados intensivos del hospital Calderón Guardia. Desde ese día la familia no lo volvió a ver más.
Este sábado 1 de agosto a la familia se le comunicó que debía estar preparara porque la salud de don Gerardo no mejoraba.
“En casa a veces estamos tranquilos y otras lloramos, esto es como un sueño del que aún no despertamos, porque cuando lo hagamos lo vamos a extrañar más que ahora, era un gran hombre y por eso tanto amor hacia él”, dijo su hija.
Don Gerardo murió la misma fecha en la que cumplía 52 años años de casado. La familia dice que habría deseado despedirlo con su camisa inseparable blanca y pantalón negro, como todo un salonero.