Uruguayos protegen al Maestro
La firme intención de Conmebol y FIFA de poner en marcha las eliminatorias en octubre próximo podría provocar una decisión importante en Uruguay, tomar medidas extremas para cuidar a su querido maestro, Óscar Tabárez.
No sería nada extraño que si el panorama sanitario provocado por el covid-19 no sufre un cambio sustancial se llegue a plantear la posibilidad de que Celso Otero, asistente de Tábarez, se encargue de dirigir a la Celeste en Quito, Ecuador.
En Uruguay, el país latinoamericano que mejor ha controlado al virus, hay una profunda preocupación entre los dirigentes y también los futbolistas por el riesgo que puede correr el maestro Óscar Tabárez en lugares donde la pandemia está lejos de ser controlada.
Algunos hechos que se dieron en otros países fue lo que encendió la lucecita del temor. Se ha hablado, por ejemplo de lo que pasó en Flamengo en mayo pasado con el fallecimiento del masajista de 68 años, Jorginho. Y de la muerte del médico de Ucrania en julio, Anton Khudayen, de 48 años. Ambos por culpa del COVID-19.
En la selección de Uruguay no pasan por alto lo que sucedió con el técnico Gregorio Pérez en Perú, donde Universitario
de Deportes optó por cesarlo en funciones porque no podía llevar adelante sus tareas de manera presencial por estar incluido en “la población vulnerable”.
Además, se ha observado con preocupación que las burbujas montadas en algunos lugares no terminaron evitando que hubiese gente que se contagiara del virus. El ejemplo más concreto se vivió en la MLS de Estados Unidos.
El Maestro padece neuropatía, un mal que afecta los nervios periféricos, lo que provoca que le cueste caminar, por eso usa bastón.