La Teja

“Ni siquiera pude abrazar

Esposo tiene orden sanitaria

- Rocío Sandí rocio.sandi@lateja.cr

el ataúd”

Juan José Bustos perdió a su esposa, Kimberly Ballestero Azofeifa, funcionari­a del Hospital San Juan de Dios, debido al covid-19 y ni siquiera pudo despedirla porque él tiene una orden sanitaria que le impide salir de su casa por haber estado en contacto con ella.

Todo apunta a que Ballestero, de 36 años, se contagió en el centro médico.

Su esposo está devastado por lo sucedido y le contó a La Teja que su relación con su gran compañera empezó hace 13 años, período en el cual cosecharon momentos llenos de amor y alegría.

“Nos conocimos porque los dos estábamos trabajando en el San Juan de Dios en servicios generales, fuimos novios un año y después empezamos a vivir juntos. Cuando empezamos nuestra relación Kimberly tenía una hija pequeñita y luego tuvimos una chiquita, ahora ellas tienen 17 y 11 años.

“Desde que la vi me encantó su forma de ser.

Era extroverti­da, alegre, divertida, muy espontánea, una gran amiga que se entregaba en cuerpo y alma a la genteque quería y una persona muy servicial”, recordó Juan José cuya voz entrecorta­da reflejaba el dolor que vive en este momento.

Juan José y Kimberly decidieron casarse en el 2016, luego de varios años de convivir y, según sus conocidos, siempre se demostraro­n mucho amor.

Melissa Flores, amiga de Kimberly, también la describió como una persona única y de gran corazón, por lo que su partida le duele muchísimo.

“Kim siempre se caracteriz­ó por ser entregada a los demás, hace cuatro años yo tuve una trombosis y estuve internada. Ella me llevaba a escondidas emparedado­s de (la panadería y pastelería) Merayo para que me los comiera porque no me gustaba la comida del hospital, así era ella, siempre estaba para todo el que la necesitara”.

Viaje de despedida. Flores contó que el año pasado Kimberly pudo cumplir uno de sus sueños más grandes: ir con su familia a Disney.

“Ella me contó que quería llevar a las hijas a Estados Unidos, sus chiquitas y su esposo eran su mundo. El año pasado trabajó durísimo haciendo extras y pudo cumplir el sueño de ir con su familia a Disney, eso la tenía muy contenta”, contó.

El dolido esposo dice que desde que empezó la pandemia, él sintió temor de que Kim se contagiara porque ella era asmática y, además, tenía un poco de sobrepeso,

ambos son factores de riesgo que pueden complicar la enfermedad.

“Ella se contagió en una semana que estuvo trabajando de ascensoris­ta en el hospital, empezó como con un resfrío, una carraspera, dolor de cuerpo y ya luego vino la fiebre y el asma.

“Nosotros somos vecinos de Hatillo 5 y el jueves 30 de julio la llevé al la clínica, ahí le pusieron unas mascarilla­s para controlar el asma y la mandaron para la casa. Como siguió mal el día siguiente la volví a llevar y le dieron tratamient­o y le hicieron la prueba de covid, nos dijeron que los resultados tardaban

unos seis días.

“El sábado primero de agosto su estado era aún peor, ya le faltaba el aire entonces la volví a llevar y vieron que no estaba oxigenando bien, entonces la mandaron para el hospital Calderón Guardia. Ahí le hicieron una prueba rápida de covid y el domingo al mediodía nos dieron el resultado y dio positivo”, recordó.

Debido a eso a Juan José le dieron una orden sanitaria para que guardara aislamient­o preventivo por haber estado en contacto con su esposa, por lo que desde que a ella la internaron no la pudo ver más.

Videollama­da. Bustos contó que mientras Kim estuvo internada ellos se llamaban y se mandaban mensajes para estar en contacto y apoyarse.

“La última vez que mis hijas y yo tuvimos contacto con ella fue el sábado ocho de agosto como las 9:30 de la noche. Tuvimos una videollama­da, ella ya estaba en cuidados intensivos y como tenía una mascarilla para el oxígeno no podía hablar, pero nosotros le dijimos que la queríamos y oramos por ella.

“Luego, el domingo en la mañana (este 9 de agosto) un doctor me llamó y me dijo que mi esposa había muerto. Como yo no puedo salir de mi casa una amiga me ayudó a hacer los trámites para cremarla, ni siquiera pude abrazar el ataúd de mi esposa para despedirla, es muy duro perder a un ser querido así”, dijo.

Juan José dice que no le desea ni a su peor enemigo pasar por una situación tan dura como la que él y sus hijas están viviendo y por eso hace un llamado a la gente para que se cuide y tome el coronaviru­s como algo serio.

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RES CORTESÍA DE MELISSA FLO- Kimberly y Juan José se casaron en enero del 2016.
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M. FLORES CORTESÍA Kimberly (frente) con sus amigas Andrea, Joselyn y su esposo Juan José.
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