El don de la maternidad
envío mi bendición y felicitación a las mujeres que han recibido el don de la maternidad. es importante que meditemos alrededor del Día de la madre en cuanto regalo que viene de Dios, máxime en una sociedad que cada vez quiere dar menos importancia a lo trascendental y quiere borrar aquello que es sagrado en el ser humano.
“en la maternidad de la mujer, unida a la paternidad del hombre, se refleja el eterno misterio del engendrar que existe en Dios mismo, uno y trino (cf. ef 3, 14-15)”, nos decía san Juan Pablo ii en su Carta apostólica mulieris Dignitatem, numeral 18. Cabe recordar también estas palabras de san Juan Pablo ii. “la iglesia da gracias por todas las mujeres y por cada una: por las madres, las hermanas, las esposas; por las mujeres consagradas a Dios en la virginidad; por las mujeres dedicadas a tantos seres humanos que esperan el amor gratuito de otra persona; por las mujeres que velan por el ser humano en la familia, la cual es el signo fundamental de la comunidad humana; por las mujeres que trabajan, mujeres cargadas a veces con una gran responsabilidad social” (Carta apostólica mulieris Dignitatem, numeral 31). no dejemos que la sociedad líquida, los antivalores y las corrientes ideológicas quiten del camino este rol tan importante en las mujeres llamadas a ser madres. sabemos que muchas mujeres, queriendo tener hijos, en muchas ocasiones no pueden. sabemos que muchos matrimonios sufren por esta causa. sepan que Dios y la iglesia les acompañan. el matrimonio no ha sido instituido solamente para la procreación. Por ello, aunque la prole, tan deseada, muchas veces falte, el matrimonio, como amistad y comunión de la vida toda, sigue existiendo y conserva su valor e indisolubilidad. además, la maternidad no es una realidad exclusivamente biológica, se expresa de diversas maneras, dice el Papa Francisco en amoris laetitia, 178. Uno de esos caminos de apertura a la vida es la adopción. este valor del amor incondicional y gratuito, es también un don de Dios.