Confirman condena a ex de Lynda Díaz
Carlos Gerardo Solano Zúñiga, exesposo de Lynda Díaz, es culpable de tentativa de violación en contra de Lindaliz Solano Díaz, hija de la pareja, así lo confirmó el Tribunal de Apelación de Sentencia del Segundo Circuito Judicial de San José.
Los jueces le mantuvieron la condena de cuatro años de cárcel que le impuso el Tribunal de Pavas.
Sin embargo, se ordenó otro debate por los delitos de presunto abuso sexual, porque el Tribunal de Apelación consideró que los jueces de Pavas debieron haber hecho una mejor fundamentación y anularon la pena por estos otros hechos (que era de 8 años).
Además dejaron en firme el castigo de 25 millones de colones por los daños morales que sufrió la joven, quien actualmente tiene 27 años.
José Fabio Oconitrillo Tenorio, abogado de Lindaliz y de Lynda Díaz, dijo que la tentativa de violación era el delito más grave, pero todavía no se sabe si las afectadas seguirán con el proceso del nuevo debate por los abusos sexuales.
“El lunes les comuniqué la resolución. Lo tomaron con un doble sentimiento, primero la satisfacción de que se haya ratificado la condena por la tentativa de violación, pero por otro lado también tienen la duda de qué va a pasar, porque ya llevan ocho años en esta batalla judicial y sería el tercer juicio que tendrían que afrontar.
“Entiendo que las fuerzas las han concentrado en ayudar a Nicole (otra hija) en el tema del cáncer que parece es agresivo. Quedamos en estar en comunicación para que determinen qué seguirá”, dijo Oconitrillo.
A Carlos Solano lo sentenciaron el 17 de diciembre del 2019 a 12 años de prisión por seis delitos de abuso sexual y uno de tentativa de violación. Desde ese momento le impusieron arresto domiciliario por un asunto de salud.
Los supuestos abusos sexuales y la tentativa de violación habrían ocurrido en la casa del imputado, en Escazú, y en un hotel en Jacó, hechos que, en apariencia, se dieron cuando Lindaliz tenía entre 7 y 13 años.
Las autoridades mantienen otra investigación abierta por supuestas amenazas de muerte que recibió Lynda y sus hijos al venir a suelo tico ya que residen en Estados Unidos.