Violencia sexual
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la violencia sexual como: “todo acto sexual, la tentativa de consumar un acto sexual, los comentarios o insinuaciones sexuales no deseados, o las acciones para comercializar o utilizar de cualquier otro modo la sexualidad de la persona mediante coacción por otra persona, independientemente de la relación de esta con la víctima, en cualquier ámbito, incluidos el hogar y el lugar de trabajo”.
Las agresiones sexuales contra niños, las agresiones contra la libertad sexual de las mujeres adultas, son todos actos que han producido mayor preocupación y alarma social; sin embargo, todavía hay muchas mujeres que han sido agredidas y no denuncian, los motivos que dan es que tratan de evitar una segunda victimización o por miedo al trauma por los procesos policiales y judiciales. en otros casos se sienten avergonzadas o parcialmente responsables de lo sucedido.
A partir de los estudios, las cifras reales de violaciones son de 4 a 10 veces superiores a las cifras oficiales. La violencia sexual no solo es el coito vaginal forzado con la víctima, porque las características que se encuentran en un gran número de violaciones reflejan un cuadro muy distinto y terrible, los informes médicos y policiales reportan que son muy violentos, disfrutan humillando a sus víctimas, provocando secuelas prolongadas en el tiempo, afectando el entorno familiar e íntimo de las víctimas, sus padres, pareja e hijos.
La agresión sexual en niños deja dolor, porque no son caricias inocentes, la mayoría de perpetradores utilizan la fuerza, quedando secuelas como lesiones físicas, desgarros, arañazos, contusiones, mordiscos y diferentes infecciones, produciendo sentimientos de culpa, ansiedad, depresión, perturbaciones en el sueño y la alimentación y drogadicción, la agresión sexual es un problema de salud pública y todos debemos estar alerta y denunciar. la salud de los niños, adolescentes y adultas es responsabilidad de todos.