¿Cómo afectan los gritos las relaciones?
Gritar es una muy mala costumbre que la gente adopta al relacionarse con los demás, en especial con la familia.
Pero deja a su paso un mal sabor, ya que deteriora la confianza y deja resentimiento. El grito se da cuando se pierde el control y ya se han perdido las formas de darse a entender para conseguir obediencia o la ejecución de alguna tarea. después de gritarles a la pareja o a los hijos, el daño queda aunque luego se pida perdón y se demuestre cariño. los gritos continuados tienen un impacto en el cerebro humano y en el propio desarrollo neurológico de los niños, ya que el acto de gritar tiene una finalidad muy concreta en todas las especies, que es alertar sobre un peligro. son condiciones biológicas para huir o pelear. si provocamos una liberación excesiva de cortisol, los niños estarán en un estado de estrés y alarma constante, una angustia que les impide pensar con claridad por lo que no obedecen, que es nuestro objetivo. la universidad de Pittsburgh y la universidad de Michigan en investigaciones comprobaron los efectos de esa violencia verbal sobre los niños y encontraron que habían desarrollado diversos problemas de conducta comparado con los niños que no recibieron gritos. los problemas iban desde discusiones con compañeros, dificultades en el rendimiento escolar, mentiras a los padres, peleas, robos en tiendas y síntomas de tristeza repentina y depresión. no se puede vivir así y hay que trabajar para tener estrategias alternativas a los gritos. Y sobre todo hay que educar en el respeto. el ejemplo es una de las formas más coherentes de educar.