Repostería vegetariana
Un grupo conformado por tres mujeres y dos hombres empezó a llenarse los bolsillos con un negocio de repostería, al que además de la harina, el azúcar y los huevos, le agregaban buenas dosis de mota durante la preparación.
No obstante, el volado negocio llegó a su fin este sábado en horas de la tarde, cuando agentes de la sección de Estupefacientes del OIJ realizaron un operativo para desarticular a la banda. El caso fue dado a conocer por prensa del OIJ el domingo.
Los detenidos son dos hombres apellidados Zúñiga Mejía, de 29 años, y Chinchilla Rizo, de 41 años; a estos se suman tres mujeres de apellidos Vargas Cordero, de 41 años; Vargas Espinoza y Pérez Zúñiga, ambas de 24 años.
La oficina de prensa del OIJ detalló que las dos mujeres de 24 años fueron detenidas por medio de un allanamiento a una casa ubicada en El Encanto de Calle Blancos, en Goicoechea. Aparentemente ellas eran quienes se encargaban de preparar la repostería.
“Al revisar la casa, se decomisó evidencia importante para la investigación, como matas de marihuana en macetas e instrumentos al parecer utilizados en la preparación”, informó el OIJ.
Chinchilla Rizo y Vargas Cordero, quienes son pareja, fueron capturados cuando viajaban en una moto por las cercanías del hospital Calderón Guardia, mientras que a Zúñiga lo pescaron cerca de un centro comercial en Guadalupe. En apariencia los tres andaban haciendo las ennotadas entregas de repostería.
Dulce negocio. Según el OIJ, los comerciantes se esforzaron por hacer todo lo posible para que el negocio pareciera legal, pues crearon un logo, hicieron bolsitas de papel personalizadas e incluso diseñaron tarjetas para clientes frecuentes
rascendió que los pedazos de queque con marihuana salían en ¢4.500, galletas a ¢300, paquetes de confites y gomitas a ¢2.500 y barras de cereal chispeantes, tanto por los colores como por la marihuana, a ¢5.000.
Las autoridades determinaron que los sospechosos, para no llamar la atención, solo trabajan con servicio de entrega a domicilio, por el cual llegaban a cobrar hasta ¢5.000 dependiendo de la zona.