Panamá jaló invicta
La Sele de Rónald González sigue como el cangrejo. Hay mucho de qué preocuparse luego de perder (1-0) dos partidos consecutivos como locales ante Panamá, equipo con el que nunca habíamos caído en casa en la historia, “buen” récord para el técnico Ronald González.
Los ticos ni siquiera un gol pudieron marcar este año, si sumamos la derrota ante Estados Unidos por 1-0 en febrero, con otro rejuntado. ¿Así o más feo?
Acharita fogueo, acharita oportunidad, acharita fecha FIFA que en media pandemia es como agua en el desierto y que se tenía que aprovechar bien por la dificultad que significa jugar partidos en esta época.
La Sele que se presentó en estos duelos ante los canaleros difícilmente la volvamos a ver, o al menos eso esperamos, porque no imaginamos cómo la gran mayoría de los convocados pueda volver a ponerse la roja otra vez. ¡No hay como!
Está bien, hablemos al chile, sabemos que para la eliminatoria Rónald González se irá por la fácil: va a convocar a lo que nos queda de Brasil 2014 y los va a exprimir hasta la última gota, como si fuera un limón casi seco.
Si ya sabemos los que van a estar, ¿por qué no jugársela con los que muchos piensan que pueden estar a futuro?, en lugar de volverle a dar oportunidades a jugadores que han tenido chances hasta el cansancio y nunca han demostrado nada.
¿Qué tal haber visto a Daniel Chacón, Fernán Faerrón, Aarón Salazar o Kevin Espinoza en defensa?
O por ejemplo, que Cristopher Núñez, una promesa de la mediacancha no haya ido a comer banca junto con Jossimar
Méndez.
Es cierto que los contagios de covid-19 en Alajuelense le cambió un poco los planes a Ronítal, pero si eso no hubiera sucedido, ¿por qué no pensar en Bernald Alfaro para meter pata?, o en Jefferson Brenes con Barlon Sequeira y arriba un Jurguens Montenegro...
Probablemente la afición hubiera agradecido más estos fogueos porque de fijo hubiesen sentido, aunque se perdieran igualmente, que alguito de camino se adelantó o que no se perdió tiempo ni recursos.
Lo que quedó claro, es que el técnico González prefiere su comodidad, lo que se le hace más fácil en este momento, o sea, llamar a jugadores que ya conocía o uno que otro amigo, que empezar a formar la selección que necesitaremos a futuro.
Poco que contar. Llegar hasta este punto sin describir que sucedió en el partido es en parte porque hay poco que contar, o quizás porque da pena describir el mal juego que repitió la Tricolor, incluso peor que el sábado pasado.
González nos cumplió el desalentador pronóstico que dio el sábado cuando dijo que este martes íbamos a ver más de lo mismo, pues claro, él sabe bien lo que puede dar con la gente que convocó para estas mejengas, por lo menos no se engañó.
A los ticos les tomó media hora realizar su primera jugada de peligro, un remate de derecha que Mauricio Núñez pegó en el horizontal y que posiblemente despertó a más de uno que se estaba durmiendo con ese bostezo de mejenga.
Seis minutos después llegó otra buena con Marvin Angulo, quien le pegó de seguido con derecha a un remate en el que le pivoteó Jostin Daly y el meta canalero Luis Mejía tapó de gran manera.
Cuando creíamos que nos veíamos un poco mejor, Panamá nos dio el mazazo con el gol en una jugada que dejó mal parados a muchos a los 37 minutos.
Otra vez Abdiel Ayarza, el contención de los panas llegó hasta el área y nos vacunó, esta vez al recibir solo un balón en el puro centro del área donde no había nadie para que ni de casualidad lo estorbara al menos, nada.
Mauricio Núñez se fue con la pantalla que le hizo Jorman Aguilar y a Minor Álvarez el leñazo del pana le pasó entre las piernas. El meta cayó de rodillas con la dignidad golpeada, igual que la del equipo de todos.
¿A qué juega?. La Sele no creaba nada en media cancha. Los laterales llegaban a la banda, pero para nada. Es más, es difícil decir a qué juega esta Sele, si a centros, pases cortos, juego directo... en fin, ¡ no se sabe!
Costa Rica nunca tuvo la imaginación o la capacidad para tomar al menos mal parados a los panas.
Lo peor del partido era tener que tragarse un segundo tiempo de esta selección infumable. Verla da pereza y pena y que al final se fue con cero triunfos, cero estilo, cero personalidad, cero en todo pero con muchas excusas por parte del técnico en la conferencia de prensa.