Covid silencia salón de baile manudo
El famoso salón de baile Valentinos, cerca del mercado central de Alajuela, cerró luego de 50 años de que los manudos le sacaban brillo al piso.
Su dueño, Mario Bolaños, contó que la pandemia lo afectó mucho y le era imposible hacerle frente al alquiler del local.
Luego de conversarlo con sus hijos, quienes desde hace cuatro años se encargaban de administrarlo, llegaron a la conclusión de que lo mejor era entregar las llaves el 30 de octubre.
“El edificio no es mío, yo tengo alquilada la segunda planta y el precio es muy alto (¢1,6 millones por mes) y aunque me estaban cobrando la mitad desde que inició la pandemia, igual es muy difícil. Además hay que seguir pagando patentes y ya llevo más de un millón de colones pagados a la muni a pesar de que el negocio ha estado cerrado desde hace siete meses”, dijo.
Don Mario y su familia tenían 16 años administrando este salón donde la mayoría de público que recibían cada domingo eran adultos mayores y en el que se presentaban los mejores grupos y solistas del país.
Este era el último salón de baile que quedaba en el centro de la Ciudad de los Mangos.
Todo a la venta. Don Mario explicó que ya ellos no volverán a abrir ningún otro salón por más que pase la pandemia, por lo que están vendiendo todo.
Hablamos de 80 mesas y 320 sillas de madera, un par de pantallas planas y algunos equipos de cocina (interesados llamar al 8340-7624).
“Todo se vende barato porque no tengo espacio para guardar nada de eso”, mencionó.
El alajuelense explicó que tiene dos verdulerías en la planta baja del salón, negocio que también ha ido decayendo debido a la proliferación de ventas de verdura ambulantes, por lo que prefirió que sus hijos siguieran adelante con este negocio en lugar de seguir invirtiendo en el salón.
“Hace cuatro años me retiré con mi señora, Eliza García, porque ya quería descansar. Tengo 50 años de trabajar, así que eso quedó en manos de mis cuatro hijos, quienes lo venían manejando bien, pero dos de ellos ya se hicieron profesionales y el mayor ve las verdulerías”, explicó.
Don Mario contó que no ha parado de recibir mensajes y llamadas de sus clientes y de los diferentes artistas lamentando la situación, pero todos han comprendido que no se puede seguir por más amor que se le tenga al negocito.
“Todos los locales están abriendo con un 50% de clientela y ya una vez abierto el salón el dueño quiere que le pague el alquiler completo. Además hay que invertirle por las nuevas medidas y no se puede, no hay con qué pagar”, insistió.