El pibe de oro
Hasta el más insensible de los futboleros reaccionó ante la muerte de diego Maradona. Niños, jóvenes, adultos o ancianos escucharon hablar por lo menos una vez del “Pelusa”, del cebollita, del “10” y los más osados lo llamaron “el dios del fútbol”.
Para muchos fue el mejor de la historia del fútbol, deporte cuya creación es atribuida a los ingleses, país donde se reglamentó el juego en 1863 a través de la Football Association. el escritor uruguayo eduardo Galeano describe a diego en su libro “cerrado por fútbol” de una forma muy clara.
“diego Armando Maradona fue adorado no solo por sus prodigiosos malabarismos sino también porque era un dios sucio, pecador, el más humano de los dioses. cualquiera podía reconocer en él una síntesis ambulante de las debilidades humanas o al menos masculinas: mujeriego, tragón, borrachín, tramposo, mentiroso, fanfarrón, irresponsable”. Yo le agregaría cumbiero: le encantada bailar ese ritmo.
Muchos dirán que era un tipo desordenado, lleno de errores en su vida personal, ¿cómo lo pueden idolatrar? Pero, ¿cuál figura de la historia humana no ha tenido algún pecado? Maradona hizo felices a los argentinos y a muchos latinoamericanos. en 1986 Argentina venía de padecer la guerra de las Malvinas, que perdió ante los ingleses y cobró miles de vidas jóvenes; además había tenido una dictadura militar. en ese año Maradona hizo campeón del mundo a un país sumido en la pobreza donde no había mayor distracción que el fútbol, llevó felicidad a sus compatriotas, les dio a muchos niños el único regalo que recibieron en su infancia: ser campeones del mundo.