La Teja

La pasión que inyecta al Monstruo

- Yenci Aguilar Arroyo yenci.aguilar@lateja.cr

Quienes conocen a Steven Bolaños, aunque sea un poquito, saben que el Monstruo es la pasión de su vida.

Bolaños, de 26 años y vecino de Goicoechea, ama el morado y blanco gracias a su mamá, Jackeline, y a su hermano, Orlando, de quienes aprendió el gusto por el cuadro tibaseño.

Sin embargo, desde el miércoles anterior Steven tiene clavado un dolor en el corazón. Aún no supera la goleada (3-0) que le propinó Herediano a Saprissa en el Estadio Nacional y con mucho pesar, reconoció que hoy a las 4 p. m., los morados no la tendrán fácil contra el Team.

“Como aficionado duele mucho, lo del miércoles me dejó un gran sinsabor, porque creía que estábamos jugando bien, pero llegó Heredia y nos dio un golpe de realidad.

“Para mí, hay un setenta por ciento de probabilid­ades de quedar fuera. Saprissa debe llegar a buscar el partido, debe abrirse, salir con una mentalidad totalmente diferente”, advirtió.

A pesar del panorama tan rudo que tienen los morados,

Steven conserva una leve esperanza.

“La serie es complicada, Saprissa debe hacer por lo menos tres goles, pero la fe está ahí, por supuesto que veré el partido y apoyaré a mi equipo, porque quiero que sea campeón y volver a levantar una copa el 27 de diciembre”, expresó.

Amor verdadero. Desde que tiene uso de razón, Steven se recuerda jugando bola y gritando “gooooool de Saprissa”.

“Cuando estaba chiquitill­o no era de ir al estadio, pero siempre veíamos los partidos en casa. Mi mamá me compraba las camisas de Saprissa y cuando empecé a trabajar me fijé la meta de tener todas las camisas originales que sacara el equipo”, porque para él su pasión por la “S” va más allá.

“No es un asunto de moda, Saprissa siempre me ha dado más que alegrías.

“Ahora por el tema de la pandemia me hace muchísima falta ir al estadio, yo deseo que lleguen los domingos para ir a la Cueva, porque me permite tomarme un respiro, despejar la mente. Sé que así piensan muchos aficionado­s”, agregó.

Cueva en la casa. Como buen saprissist­a, el cuarto de Steven está repleto de artículos de su querido club. Sus paredes son moradas, tiene una bandera pegada, una bufanda, un peluche del Monstruo y también cuenta con gorras, camisas, abrigos, pantalonet­as y desde hace dos años es socio del club.

“Tengo un bebé de diez meses que se llama Thiago y desde que supe que sería papá quise que él heredara mi pasión.

“Quiero llevarlo al estadio, que compartamo­s los mismos gustos, ya le he comprado bolas y ropa de Saprissa”, añadió.

Hace unos meses, en las redes oficiales del club se compartió un video que Steven subió a su cuenta de Tik Tok, donde mostraba su colección de chemas.

“No creí que tanta gente fuera a ver el video, tuvo más de siete mil visitas. Un amigo trabaja en Saprissa y me consultó si podía subir el video a las redes del equipo.

“La verdad me emocioné y logré el objetivo, que era verme en las cuentas del club. Me pareció vacilón y a los quince días del video también subieron una foto de mi hijo y me volví loco con ese gesto”, destacó.

Para Steven, sus ídolos morados son Wálter Centeno, Alonso Solís, Álvaro Saborío y Gabriel Badilla. También admira a Francisco Calvo, Michael Barrantes y en especial a David Ramírez, a quien tuvo el gusto de conocer.

“David me firmó la camisa y la enmarqué en el cuarto, es uno de mis jugadores favoritos”, manifestó. Y como si nos quedara alguna duda de su amor por el morado, nos enfatizó que cada juego lo vive con intensidad.

“Cuando juega Saprissa procuro estar solo, no me gusta distraerme, para verlo con tranquilid­ad.

“Antes hasta lloraba, pero aprendí a manejar el enojo por un resultado, igual me molesto, pero no tanto como antes”. Bueno, desde el punto de salud mental ya eso es algo.

Un jalón de orejas. Este fiebrazo manifestó que durante este 2020, Saprissa ha tenido rachas positivas y negativas.

“Los parones por la pandemia les cortó el ritmo a los jugadores, pero sin duda alguna, la derrota del clásico fue un estate quieto para el equipo.

“Sin embargo, creo que la realidad de Saprissa es que tiene un equipo titular y hasta ahí. No tenemos la banca que tienen otros clubes y eso nos ha pasado factura”, explicó.

Steven también criticó el desempeño de algunos jugadores, quienes en su criterio, no deberían usar la morada.

“Para algunos, la camiseta de Saprissa no pesa”, aseguró. Y cuando se tiene tanta pasión como la que él profesa por su club, no es cualquier futbolista el que puede dar la talla.

La serie es complicada, Saprissa debe hacer por lo menos tres goles, pero la fe está ahí”. Steven Bolaños Aficionado morado

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CORTESÍA Steven quiere heredarle su amor por Saprissa a su pequeño Thiago, de 10 meses.
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CORTESÍA. El cuarto de este morado es como un pedazo de la Cueva.
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CORTESÍA. Cualquier aficionado se desea la colección de chemas de Steven.

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