CON LA JUPA EN TWITTER
Ahora entre cielo, tierra y redes sociales no hay nada oculto. Si usted se tiró la mejenga entre Alajuelense y Cartaginés este sábado se habrá dado cuenta que el defensor Fernán Faerron tuvo una noche para el olvido, andaba acelerado y con la jupa en otro lado.
La razón de tanto despiste puede estar en un mensaje que publicó en Twitter poquito antes de la mejenga, cuando debía estar concentrado al 100% en el partido semifinal.
“¿Por qué en esta vida hay gente tan invivible, que se anda por la vida inventando chismes y queriendo hacerles el mal a otros? La verdad, Dios los bendiga y les dé mucha paz en sus corazones, pero lo que hacen no está bien, pueden dañar fácilmente la relación de una persona”, escribió el joven jugador.
En sus broncas amorosas no nos vamos a meter, pero sí es claro que el defensor llegó al Morera Soto para enfrentar al Cartaginés pensando en todo menos en el partido.
Faerrón le metió un patadón a William Quirós cuando el balón ni siquiera estaba en disputa, se salvó que el árbitro Juan Gabriel Calderón no se animó a expulsarlo y solo le sacó la amarrilla, amonestación que lo salva de ser castigado con la revisión del video.
Después anduvo impreciso, acelerado y en el segundo tiempo le cometió un penal a Diego Estrada, pero el árbitro lo volvió a perdonar. También entorpeció una salida del portero rival Darry Parker.
Después no solo borró el tuit, sino que cerró su cuenta en la red social del pajarito azul, pero ya la torta estaba hecha.
Los aficionados en la misma red social brincaron y le pidieron concentración.
Pudo ser fatal. Marcelo Potronieri, un manudo de hueso colorado y parte del programa “De Puntazo” que se transmite en el Facebook “La Teja”, criticó la desconcentración del cachorro.
“Fue muy irresponsable. Me parece que le jugó en contra la
falta de experiencia. Al inicio del partido mandó un patadón que, si lo hubiesen expulsado y Cartago remonta y deja a la Liga fuera de la final, en estos momentos lo estarían prestando a algún equipo y si no me cree, que le pegue una llamada a Adonis Pineda, quien por un único gran error ya no está”, dijo Poltro.
R e d e s entran a la cancha. La sicóloga María Ester Flores nos c o n f i r ma que lo bueno y lo malo en las redes sociales sí se mete a la cancha.
“Hay que tener muy claro que actualmente las redes sociales rompen matrimonios, noviazgos, p r o vo c a n despidos de trabajadores, por eso es fundamental saber usarlas y soportarlas, entender que lo que ahí se dice no debe afectarme.
“Veamos la diferencia en la madurez, a Medford (Hernán) por más que le tiren en redes sociales, no le afecta, pero ya es una persona madura y sabe qué desechar. Faerron es un joven que todavía debe ser guiado para que entienda la totalidad del ambiente futbolístico y las redes”, enfatizó la sicóloga.
María Ester recomienda un buen taller intensivo para todos los clubes de fútbol, en el cual se trate el cómo ser fuertes ante el comentario negativo.
“Todo lo que la gradería dice en insultos se lo tragan los jugadores y ahora esa gradería son las redes sociales que están 24 horas abiertas. Antes las mentadas de madre duraban 90 minutos, ahora no se acaban nunca y eso cuesta manejarlo sicológicamente”, explicó.
Saber convivir. Marco N. Bulgarelli, experto en redes sociales desde hace 12 años, confirma que lo ideal es enseñarle al futbolista a convivir con las redes sociales y no bloqueárselas.
“Creo más en lo que vienen fomentando hace varios años jugadores como el español Xavi, o el técnico, también español, Guardiola, quienes hablan de no prohibir redes al futbolista, sino más bien enseñarles a convivir con ellas. Guardiola habla, incluso, de que los clubes deben tener un reglamento y así quien lo incumpla recibirá una sanción”.
Bulgarelli, con respecto al caso de Faerron, analiza: “Nuestro país tiene un altísimo consumo de redes sociales, eso no significa que las sepamos usar.
“Aquí estamos hiperconectados, eso genera un mundo de fantasía, muchísima ansiedad por alcanzar los likes que el otro tiene, porque ahora el ‘Like’ se ha convertido en la nueva medida de la confianza y seguridad de uno mismo”.