Nada destruyó las ganas de bretear
El comerciante al que un chofer tapis le destrozó el chinamo y lo dejó con una jarana de ¢4 millones ya la pulsea de nuevo.
Rubén Mena nos contó que no le fallaron sus amigos, quienes le prestaron una platica y le dieron mercadería para que pueda seguir vendiendo y garantizar el sustento de su familia.
Un carro le destruyó el tramo la noche del 9 de diciembre en la avenida del Comercio, en Cartago, 75 metros al este del mercado municipal.
El conductor, de apellido Solano y 28 años, chocó primero en las cercanías de la tienda Ekono contra un carro antes de irse contra el negocio de Rubén y además su vehículo alzó llamas. La alcoholemia dio 0.83 grados.
Dice Rubén que en ningún momento se dio por vencido y lo primero que hizo (el viernes) fue buscar materiales para levantar el chimano, que está frente a la carnicería Milor.
“La gente viene y pasa buscando el chinamo, cree que está en el suelo, me preguntan cómo estoy, algunos no me compran, pero me preguntan por lo que pasó”.
La está pulseando con aguacates --que se venden mucho-- y tiene ropita.
“No tengo el negocito tan surtido como antes, perdí mucho, pero si sigo trabajando voy a salir adelante y a pagar mis deudas”, dijo el empunchado vendedor.
El chofer del carro se le acercó para tratar de llegar a un arreglo y esta semana van a buscar lo más beneficioso para ambos; de lo contrario lo irá a denunciar.
Lo que más golpeó al vendedor fue que le robaron 42 enteros de navideña que dejaba en el negocio porque le daba miedo llevarla con él.
“Tengo que seguir adelante, con este año tan duro hay que trabajar todo lo que uno pueda”.