Casa se transformó en gimnasio
El 2020 ha sido un año de retos y de mucha inventiva para las atletas Andrea y Noelia Vargas, quienes tuvieron que jugársela de lo lindo para mantener sus entrenamientos al máximo en media pandemia.
Una vez más los planes y la creatividad de la mamá y entrenadora de ambas, Dixiana Mena, fue vital para que ellas siguieran trabajando a pesar de los obstáculos y siempre enfocadas en cumplir los objetivos del 2021.
La casa de doña Dixiana tuvo una transformación sorprendente para que Noelia, su hija marchista, no perdiera un solo entrenamiento, tal y como lo explicó la señora.
En la casa se hizo una piscina y se acondicionó un gimnasio con la ayuda del Comité Olímpico Nacional, por lo que la vivienda se transformó en un centro de entrenamiento.
“Se tuvo que traer de todo y se compró por Internet, también el Comité Olímpico nos ayudó con los materiales, construir lo que fue el planché para la piscina, ponerla y techarla, para que ella pueda nadar a cualquier hora del día.
“La remodelación no fue un proceso muy rápido (tardaron dos meses y medio), así que mientras se realizaba, íbamos a unas nacientes de Mercedes Sur de Puriscal que le llaman La Legua, yo me la llevé a los ríos a hacer descarga, porque su entrenamiento lleva mucha natación”, explicó Mena.
Con todo. Pese a las dificultades, la familia se puso la camiseta y ayudó para que la marchista nacional pueda competir, al igual que su hermana Andrea, en el Campeonato Centroamericano Mayor de Atletismo que se realizará el 28 y 29 de diciembre en el Estadio Nacional.
“La casa se volvió un centro de entrenamiento, hasta una huerta hicimos para consumir comida más natural. Incluso Andrea, que llegó de Estados Unidos, tiene el gimnasio para entrenar y la piscina, así que no tiene que exponerse a salir a los gimnasios de Puriscal
Este tipo de entrenamientos mostraron ser altamente efectivos, luego de los excelentes resultados que mostró Noelia en el Campeonato Nacional de Atletismo en el que estableció un nuevo récord en el país el pasado 6 de diciembre.
Hizo una marca de 46 minutos, 40 segundos y 96 centésimas, con lo que pulverizó la anterior que era de ella misma y de 51 minutos, 15 segundos y 25 centésimas.
Andrea también. En el caso de Andrea, la campeona panamericana en 100 metros con vallas en Lima 2019, ella tuvo que aprovechar las calles cercanas a su casa en Oregon, Estados Unidos, para entrenar y mantenerse en forma.
Contar con pocos espacios aptos para entrenar no fue un obstáculo tan grande para ella, pues le recordó sus épocas en Puriscal cuando se la tenía que jugar en sitios muy sencillos y poco aptos.
“Al principio fue difícil encontrar las condiciones para entrenar o ajustarme a lo que tenía porque habían cerrado las pistas entonces tuve que entrenar en el garaje de mi casa o detrás.
“No creo que hayan sido las condiciones más difíciles, ya que yo tuve un año en el que no competí debido al embarazo de mi hija, pero siempre traté de mantener el nivel físico y mental”, detalló Andrea.
De hecho, los lugares en los que pudo entrenar en Oregon le recordaron un poquito a su pueblo natal.
“Vi que detrás de la casa había una cuesta y una calle con un minidesnivel, por así decirlo, un poquito elevada la calle, pero se podía tratar de poner ahí las vallas. Al principio me dio un poco de sustito porque como es en cuesta nunca había entrenado así, siempre lo hice en bajada.
“Entrenar así me recordó muchísimo Puriscal, cuando estábamos buscando lugares para entrenar y llegar a un buen nivel en el atletismo. La verdad que no fue tan difícil para mí, ya que he vivido todas estas condiciones, así que fue readaptarme a todo eso”, comentó.
Andrea competirá de nuevo en el país en los 100 metros vallas en el Centroamericano, certamen en el que defenderá el título que ganó en el 2018 en Nicaragua.