La Teja

Lección de vida

Roger Solano casi fallece en el 2015 al chocar contra un carro

- Alejandra Portuguez Morales alejandra.portuguez@lateja.cr

Roger Solano Rojas, de 27 años, es un motociclis­ta que desde el 2015 disfruta y valora más la vida.

Él sobrevivió a un accidente de tránsito en el que perdió la pierna izquierda desde la rodilla y estuvo a punto de perder la mano izquierda. En el hospital se lo dijeron claramente: “está vivo de milagro”.

Hoy --cuando las noticias nos informan a diario de muertos por accidentes en moto-- Roger da una lección desde un anuncio de la Caja Costarrice­nse de Seguro Social que pasa por canales nacionales.

Desde la pantalla, el joven nos recuerda que para andar en moto no basta con un casco y recalca otras medias de protección como los guantes, las espiniller­as y una jacket, por ejemplo. No quedan fuera la calma a la hora de manejar, la prudencia y la cortesía, que son muy escasas en las carreteras.

Roger estudia Administra­ción con énfasis en finanzas y aprendió la lección de cuidarse mucho luego de verse en una cama de terapia intensiva y entender que pudo haber muerto.

A pesar de la gravedad del accidente no quedó con miedo a las motos y a finales del 2017 se compró una scooter, pero --ahora sí-- con todos los implemento­s de seguridad. A su familia no le hizo gracia que volviera a las dos ruedas, pero respetaron la decisión.

“Tal vez lo ven a uno con un scooter, que es una moto pequeña y con ese montón de carajadas que uno se pone, quizás lo vean como una broma, pero yo ya pasé por un accidente y nunca lo vi venir. Ahora le doy la importanci­a a protegerse y a tener una mentalidad diferente a la hora de andar en la calle”, dice.

Tiene clarísimo que las probabilid­ades de un accidente siempre van a estar, pero no comprende lo de buscar los riesgos. Siente impotencia cuando se topa con motociclis­tas que por ganarse dos o tres campos adelante rayan, exponiendo sus vidas y las de otros.

“Todos los conductore­s debemos hacer conscienci­a, pero los motociclis­tas más porque somos los que llevamos la peor parte”, asegura.

Cerca de casa. El accidente de Roger ocurrió el viernes 1 de mayo del 2015 cerca de la medianoche.

Él regresaba de una actividad del trabajo en Trejos Montealegr­e, Escazú, e iba hacia su casa en La Aurora de Alajuelita, a unos tres kilómetros de distancia.

Solo le faltaban 700 metros para llegar cuando se topó de frente con un carro. Solo andaba con el casco y la cinta (reflectant­e) como medidas de protección, por supuesto no lo salvaron de nada.

“La pierna izquierda se me desprendió por debajo de la rodilla, tuve una fractura del fémur, el hueso se partió y rompió el tejido, también tuve una lesión en la pelvis y en la mano izquierda el hueso radio se me salió. El primer diagnóstic­o era que la mano iba a ser amputada, pero por dicha la lograron salvar”, menciona.

El accidente fue tan fuerte que perdió la conscienci­a. Olvidó cómo ocurrieron los hechos y a la fecha no sabe quién invadió el carril o si alguno derrapó; tampoco hubo testigos ni cámaras de seguridad. El caso quedó cerrado por falta de pruebas.

“Al otro conductor le hicieron varios partes porque no tenía la revisión técnica, el derecho de circulació­n no estaba al día, él sí le estaba faltando a la ley, pero eso no determinab­a que tuviera culpa en el accidente”, explica.

La mayor motivación durante el proceso fueron sus papás.

“Cuando abrí los ojos tenía una sábana blanca hasta la mitad de mi cuerpo, sabía que tuve un accidente, pero no sabía que había perdido la pierna, seguía intubado y lo primero que hice fue tener un respiro profundo y agradecerl­e a Dios tener vida. Hubiera sido peor irme de esta vida sin agradecerl­es a mis papás y quizás desde otra dimensión estar viendo a mis papás llorando por mí”.

Un doctor fue quien le dio la noticia de la pierna.

“Dio la vuelta por detrás de la camilla y me puso la mano en el hombro y me dijo ‘vea, papá, usted tuvo un accidente de tránsito muy grave, está vivo de milagro, perdió la pierna, pero va a estar bien y va a tener una vida normal, va a tener familia, va a poder caminar’; en ese momento me tranquilic­é, procesé la noticia y volví agradecer a Dios por la vida”, concluyó.

Roger les pide a los conductore­s tratar de mantener la paz y ser corteses porque a todos nos esperan en casa.

La pierna izquierda se me desprendió por debajo de la rodilla”. Roger Solano estudiante

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 ?? CORTESÍA ?? Roger volvió a las dos ruedas, pero con otra mentalidad.
CORTESÍA Roger volvió a las dos ruedas, pero con otra mentalidad.
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CORTESÍA La familia es el principal apoyo del universita­rio.
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CORTESÍA Roger siguió con su vida normal.

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