CHEPITO Y LA BROMA

el viejo refrán lo dice claramente: “entre broma y broma, la verdad se asoma”.

O sea, quien hace una broma disfraza una verdad con la intención de decirla y que no caiga muy mal, pero eso no siempre se consigue y es lo que pasó ayer con el cura Manuel enrique chavarría estrada.

Pasando por alto toda muestra de solidaridad y que estamos en un año durísimo y doloroso para miles de personas, se puso a vacilar con el coronavirus. imitando las portadas de varios medios de comunicación juntó imágenes y textos para tratar de parecer gracioso.

Un titular dice “sacerdote vecino de Goicochea (mal escrito, es Goicoechea) primer vacunado en costa rica”, otro: “Nueva ministra de la Presidencia anuncia que las vacunas serán rifadas”.

¿Hizo gracia? Quizás solo a él y a quien, cuenta, le ayudó con los montajes fotográficos. el cura se escuda en un argumento muy débil para justificar la “broma” de este lunes 28, día de los inocentes; dice que es para mantener la tradición... lo que ocurre con las bromas es que deben hacerse con tacto y quien las da debe saber cuándo sí y cuándo no, con qué se puede bromear y con qué no. chavarría, a todas luces, no ha entendido todavía la diferencia. es una enorme metida de escarpines bromear con algo que ha dejado casi dos millones de muertos en el planeta, que obligó en costa rica a cerrar negocitos gracias a los cuales se ganaban la vida miles de familias y que dejó a miles y miles sin trabajo. con algo así de grave no se bromea jamás. con dejar pasar un año sin jugar al gracioso no ocurre ningún daño, pero la gran preocupación del cura era una tradición que, si se pierde, no perdemos nada.