VIUDA PELEA DURO SIN SU HÉROE
Melany Rodríguez Corrales, de 35 años, quien está a punto de ser abogada, vio su mundo caer hace dos años cuando su esposo falleció como un héroe por salvarle la vida a un niño.
Su compañero de vida se llamaba William Mattey Alfaro, tenía 32 años y murió ahogado el 15 de abril del 2019, en la poza El Cañón, en el río El Peje, Sucre de San Carlos.
Ellos como pareja tenían dos hijos y él tenía otro niño de otra relación, que vivía con ellos y que ella aceptó como otro retoño más.
Desde ese momento empezó a hacer trabajos para sacar sus hijos adelante, sin embargo, en la actualidad está desempleada y lo único que quiere es conseguir una oportunidad laboral para llevar el sustento a su hogar.
“Mi esposo era el sostén de la casa, era el que trabajaba para darnos lo mejor, yo estuve trabajando en bufetes de abogados, pero él por mucho tiempo fue el sostén más fuerte de nuestro hogar, por muchos años trabajó en mantenimiento en la Municipalidad de San José.
“Cuatro meses antes de que mi esposo muriera, nosotros llegamos a vivir a San Carlos y él estaba trabajando en lo que saliera, incluso pulseaba entrar a la Municipalidad de San Carlos”, recordó Melany quien estudiaba en la universidad para ser abogada.
“Solo me falta la tesis para poder graduarme, me tocaba defenderla en mayo del 2019, pero cuando mi esposo murió no tenía cabeza para hacerlo, sé que necesito un trabajo para lograr cancelar lo que falta”, suplicó.
Esta valiente mujer dice que nunca le han faltado los ángeles en su hogar y se esfuerza por darle un buen futuro a sus pollitos.
“Hay que seguir esforzándose, al vivir en San Carlos supe la importancia de saber inglés, pude matricularme en la universidad UTN con opción a beca, porque sino no puedo cancelar, recibo las clases desde mi celular porque no tengo computadora, apenas llevo tres semanas y espero terminar”, comentó la luchadora.
Sus pollitos son una niña de 3 años, Emma, y Santiago, de 10 años, además del hijo mayor de William que vive con una tía de él, hermana del esposo, en San José.
“Lo sigo viendo como un hijo, pero sé que está mejor con la tía porque está mejor económicamente, sigo esforzándome por mis otros dos hijos, mi sueño es trabajar para terminar mi casa, mis estudios y lo de mis hijos.
“Tenemos una casa que por fuera está terminada, pero por dentro le faltan algunas cosas, como el cielorraso, por donde se mete el viento y aquí es muy frío”, dijo.
Un héroe. Ella recuerda que su esposo le salvó la vida a un amiguito de su hijo mayor y por eso lo recuerda como un héroe.
“Mi esposo siempre pensaba en todo el mundo, menos en él, supongo que en ese momento sintió la responsabilidad y no iba a dejar que al chico le pasara algo.
“Mi esposo tenía una discapacidad en la mano derecha, no sé si eso le pudo afectar, él se metió al agua y luego de dos intentos logró sacar al niño, pero se cansó, se descompuso y ahí murió”.
Asegura que no es fácil, pero se mantiene fuerte porque tiene que sacar adelante a sus hijos, ellos son su motor.
“Hay días muy difíciles, pero uno aprende a sobrellevar el dolor y por mis hijos, que son los que me dan fuerzas, sigo luchando pero hay días en los que uno se pone mal”.