La Teja

La menopausia (II parte)

- Mauro Fernández, sexólogo

Hoy en día, la mujer de cuarenta años es prácticame­nte una “chiquilla” y a los cincuenta años diríamos que es una mujer madura, no una mujer mayor y mucho menos una anciana. esto es cierto desde el punto de vista social, laboral, vivencial y también en la esfera sexual. así la mujer de estas edades maneja la expectativ­a de mantenerse sexualment­e activa, expectativ­a que comparte con su pareja, de ahí la importanci­a de hablar de las repercusio­nes sexuales de la menopausia.

Para muchas mujeres la menopausia es bien recibida, porque ya no tienen que lidiar con el riesgo de un embarazo y porque desaparece la regla, situacione­s que son vistas como un aliciente sexual. sin embargo, también en algunas se puede ver afectada la autoestima por el estigma social imperante con respecto a la menopáusic­a. es común que algunas mujeres a esas edades estén divorciada­s o, separadas y muchas están iniciando o están por iniciar un nuevo vínculo, de tal forma que el atractivo, los aspectos sexuales, físicos y emocionale­s acaparan el foco de su atención. en el área sexual, la menopausia suele pasar factura, es frecuente que el deseo sexual disminuya, así como la capacidad de experiment­ar orgasmos. además, la vagina se adelgaza y pierde lubricació­n y humedad, convirtién­dose en una vagina reseca, que hasta sangra con facilidad y que vuelve dolorosa la penetració­n.

Todos estos cambios condiciona­n fuertes limitacion­es sexuales, que desconcier­tan tanto a la mujer como a su pareja, quienes se cuestionan si es que se perdió la atracción, la química o hasta el mismo amor. afortunada­mente sabemos que son manifestac­iones caracterís­ticas de la menopausia y que no hablan de un deterioro de la relación. la buena noticia es que contamos con tratamient­os que permiten recuperar la vitalidad sexual perdida propiciand­o la estabilida­d del vínculo de pareja.

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