Chepe, capital de los sopapos
9-1-1 recibe miles de llamadas al mes por pleitos
Entre enero y lo que llevamos de mayo han entrado al 911 entre 2300 y 2600 llamadas por mes solo de la capital. El total de casos va ya por los 10.202.
La segunda provincia más bochinchera es Alajuela, con 4.760 y luego Puntarenas, con 2.494 reportes.
A eso debemos sumar que parece haber crecido el número de gente que graba esas broncas y las sube luego a las redes sociales. Uno de los videos más frescos es de un pleito que ocurrió este martes a las 9 p.m. en Purral de Goicoechea, donde dos mujeres se dieron de golpes por una lata de atún.
La vergonzosa situación ocurrió entre las zonas conocidas como Los Cuadros y Fotos Leo.
Marco Sandí, un policía de la zona, informó que cuando ellos llegaron se toparon con un montón de gente en la calle. Mientras sobraban los golpes y gritos faltaban mascarillas y distanciamiento social contra el covid-19
“Posiblemente una le pidió un atún a la otra y esta no se lo devolvió. Últimamente parece que están de moda las riñas entre mujeres y todo el mundo llega a hacer barra y a grabar, que es lo principalmente hace la gente”, manifestó el oficial.
Quienes se peleaban el atún eran dos muchachas entre los 20 y los 25 años, ninguna fue detenida y las autoridades se mantuvieron un tiempo prudencial en el lugar para evitar algo mayor.
En El Roble de Puntarenas, un área también afectada por ataques mortales, recientemente fue grabado un agarronazo entre una embarazada y otra mujer. En un incidente parecido se ve a una madre que lleva a un niño de unos 3 años sentado en una bici de adulto; otra mujer se acerca y la golpea y el chiquito cae y entonces la que llevaba jalada la bicicleta se va a los puños con la que atacó primero.
“Veo, disfruto y no me meto”. Arnoldo Mendoza, vicepresidente del Colegio de Profesionales de Sociología, nos recuerda que los niveles de violencia en el país van en aumento y que, en el caso de los miches, algunas personas se comportan como voyeristas, es decir, como chepitos, que disfrutan viendo lo que hacen otros y nunca participan.
“Los niveles de violencia nos están involucrando a todos, no solo a los hombres. Nuestra sociedad no ha trabajado en disminuir la violencia, pero es obvio que con la pandemia no se ha podido realizar de la mejor manera. Antes se trabajaba en los centros educativos sobre temas de valores, protección de abusos y violencia”, mencionó.
Mendoza explica que detrás de los videos de pleitos hay niveles altos de frustración, tristeza, cansancio y preocupación por lo que se ve en las noticias o por problemas con el trabajo. Hay quienes no logran manejar esos sentimientos y explotan.
“Nuestra sociedad está enferma y eso nos afecta a todos. No estamos resolviendo nuestros problemas de una forma asertiva (conversando, buscando soluciones), es más fácil pegarle a cualquier persona y pensar ‘ya me desquité’ y no importa si me jalaron el pelo, porque pienso que yo también le di”, detalló.
Y, claro, no podemos dejar de lado a los carboneros, esos que en vez de buscar la manera de parar un pleito lo calientan. El resultado es con frecuencia un circo romano, gente rodando por el suelo y sin resolver los problemas de fondo.
“Esto lo vemos desde los colegios hasta en los adultos, luego suben los videos a las redes sociales para que más gente lo vea, tenemos una cultura voyerista: veo, disfruto y no me meto”, dijo Mendoza.
Las autoridades hacen un llamado a controlar el carácter porque algo que comienza como un intercambio de sopapos podría acabar en una tragedia.